En aquella esquina del recuerdo,
ojitos de mi padre,
embriagados de tristezas,
apenados como nadie.
Al mirarme se estremecen,
y vidriosos se me vuelven,
de penitas azuladas.
Sin embargo, en su mirada,
pedacitos de esperanza.
Yo, al mirarles les cantara,
"descansen tranquilitos"
¡ojitos de mi padre!
1 comentario:
Quería agradecerte por pasar por mi blog y estar entre tus links !
K
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