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martes, 25 de septiembre de 2007

EXTROPIA - LA DOCTORA CARMONA



Está horadando ficciones
En cetrina cordillera
La ciencia con su esfera
La Carmona con sus sueños
Con sus sueños de Doctora.

En el Valle de la Luna
Con
metáforas y parábolas

Se están juntando los poetas.

Acumulando neutrinos
Condensando galenas
Acelerando materias
En una zona que a su manera
Circundada de montañas
Es propicia a la razón.

Investigando de corazón
Presiente que su destino
Es un alambique de vino
Que limita la ficción.

Se le acercó una voz
En una noche de luna
Telepatía y ternura
Invadió su corazón
Y aunque la voz se disipara
Con la brisa húmeda del alba
Le dejó en su esperanza
Conocimientos certeros
De espirales y manzanas.

Investigación en su pecho
Expropia en su alma.


LA INVESTIGACION DEL CONOCIMIENTO SENSORIAL

Algunos siglos más tarde, En la montaña, los días suelen ser claros y acariciados por un clima generalmente templado, en cambio, las noches, además de su profunda oscuridad, son gélidas. El viento silba su espectro sonoro de antiquísimas flautas de pan con las que parece rasgar, con sus dentelladas atroces, las aristas de frío cristal. Aislada, en la inmensa soledad del Valle de la Luna y en pleno corazón desierto y montañoso, del Norte Chileno, la doctora Carmona, ha renovado las habitaciones de un antiguo Observatorio abandonado, para convertirlo en su lugar de predilección, tanto para sus investigaciones sensoriales, siendo una especialista en "antropología de los sentidos" y que la mete en relación a ciertos vestigios de los llamados Andrew y que sembraron tanta confusión a fines del siglo XXIII, que para su propia residencia. Andrew, fue el apodo que otorgaron, en un pasado, apenas distante, celebridades como el Doctor Koki, el ingeniero Chatov y un conjunto de Instituciones que en aquella época del CL, luchaban, alternativamente, contra las odiosos, virus-informáticos de turno, vulgares clones, escaneados aparentemente en 3D, en que la red tridimensional, estaba en sus primeros y balbucientes latidos. La doctora Carmona terminaba de escribir en uno de sus plasmas-memoria, algunas de las conclusiones a las que daba mucha importancia. «La condición esencial en que cimienta la noción de que el conocimiento sensorial es un trance no sólo corporal ni mecánico, en el caso que nos ocupa, sino además de gran interés pedagógico. Esto encarna que los sentidos, no sólo son medios de absorber fenómenos reales, sino además accesos de transferencia de importes formativos. Nos representamos aquí a modo de edicto sensorial, tan característicos como hablar, escribir, y las técnicas musicales, pictóricas y visuales, así como a la escala de valores e ideas que pueden transmitirse a través de las sensaciones que procuran los eternos sentidos, -amor, deseo, frío, angustia, etcétera, etcétera y que no forman parte, necesariamente de la memoria genética humana, sino que de la genética del BIG BANG, -o el principio de todo- teoría que traía consigo, incluso, el pensamiento. Le daba vueltas en su cabeza, también, que las moléculas, justamente, del pensamiento, su más preciado proyecto, lograra aislarlas en uno de los más modernos aceleradores de partículas hasta ahora concebido por ser humano, a medio robotizar o completamente robotizado.. Bullían, además, en su impreciso entendimiento, palabras como «eternidad», «espacio-tiempo», «el primer segundo» y, obre todo, «qué significación podría tener ese mismo segundo a la menos 25». ¿Qué importancia implicaba en esta dramática eternidad? ¿Acaso, todo lo que se mueve, no es más que una simple impresión del condicionamiento y los límites de la condición «humano virtual» de la que no somos que simples prisioneros y, la red, finalmente, un anagrama infernal de la telaraña en la que estamos unidos, por todas las eternidades. Dejó sus anotaciones y se dispuso, luego de un ejercicio mental, en el que lograba su máxima concentración, especie de antiquísima auto-hipnosis, dedicando sus próximas veinticuatro horas, a imaginar la óptima capacidad del acelerador molecular e introducir en el, un pensamiento de uno de los dioses de la sabiduría el siglo XV, Galileo Galillei, que, todavía, permanece vigente y que se resume en:«Y SIN EMBARGO SE MUEVE».

EL USO ÓPTIMO DE LA ANTI GRAVEDAD.

Al cabo de las veinticuatro horas, en las que se pudo escuchar «el ruido del silencio» - metáfora, esta última de antiquísimo valor literario – la fatiga de la doctora Carmona, invadía, una vez más su biomasa corporal y le impedía continuar con su colosal investigación. Otro pasito, dijo casi en un murmullo y se dispuso al descanso. Su recorrido habitual por las montañas, le ayudó a recuperar rápidamente su estado biológico. Luego de absorber un concentrado vitamínico, llenó su vaso de un buen «cabernet-sauvignon» blanco, se dirigió, con desconcentrada y parsimoniosa alegría, a su dormitorio. Cinco horas bastaron para reponerse de su fatiga y en algunos segundos, entraba nuevamente en sus ejercicios mentales. Ya en el interior de su gabinete de trabajo, puso en marcha todos los aparatos de tecnología robótica y cibernética, incluyendo esta vez, una antigua y todavía mecánica, filmadora que no arbolaba que una exigua capacidad de 20 mega píxel. Encendió su ordenador y buscó, entre sus archivos, el MP24 en el que guardaba, preciosamente, la ineludible frase: «Y SIN EMBARGO SE MUEVE». El acelerador de partículas, lograba su máxima velocidad. La especialista en "antropología de los sentidos» se preparaba a vivir uno de sus más emocionantes momentos de su carrera profesional. Paradójicamente, este momento, tan especial e importante, le ocupaba todos sus propios sentidos. Lo que seguía, necesitaba de una precisión de una fineza incalculable, en efecto, era necesario introducir en el acelerador de partículas, la claridad mas excelsa de los registros guardados en el MP24, un segundo a la menos 25 de error y todo el trabajo tendría que ser reiniciado, con suerte, en algunos meses más tarde. La doctora Carmona, estaba preparada y a pesar de la adrenalina se creía capaz de controlar toda emoción, incluso aquella que era desconocida para ella, la que provenía del aspecto sensorial y propio que se ejercía, todavía, con solo un pequeñísimo candor científico. La velocidad adquirida en este acelerador, podía, a pesar de su relativa pequeñez, alcanzar, en óptimas condiciones, hasta 3 veces la velocidad de la luz, con la precisión requerida, entre el segundo a la menos 25 del MP24 que debía entrar al segundo a la menos 25, la funcionalidad era casi materialmente imposible. En efecto, no logró su propósito, a pesar de todos los prodigiosos cálculos matemáticos ni de todas las argucias fractales que imaginó. No se dio por vencida, sabía que, en estado de antigravedad, tenía posibilidades ciertas de lograrlo… ¡Helas! Dijo bruscamente por la excitación que la embargaba, también es necesario filmar y/o grabar estas secuencias, además de los resultados mostrados en el acelerador, en un viejo (dentro de lo más moderno a que alcanzara la industria cinematográfica de aquellos años) para permitirme el empleo de la cámara lenta y, sobre todo, los retrocesos permitidos con la antigua mecánica del celuloide. Entonces dirigiéndose a sus paseos habituales por la montaña, decidió darse un nuevo descanso.

REVELACIONES CIENTÍFICAS DEL MAS ... Trataré de concentrarme, puntualmente, en estos dos desafíos. Los dos representan un exquisito reto a mi ambición investigadora: el conocimiento sensorial y el uso adecuado del acelerador de partículas, esta vez, en anti gravedad. Todo un compromiso, agregó, mientras ordenaba en su lugar, EXTROPIA, uno de sus libros preferidos, que en general, había sido compañero de sus interminables insomnios.


Pensaba en la Biblioteca Almut, en el fascinante mundo del Cyborg, Michio Koki, cuando de pronto, alguien tocó a su puerta. Confundida y desorientada, no tuvo ocurrencias, de quien podría presentarse, así, sin previo aviso, a sus confines cordilleranos.

No se asuste, previno una voz un tanto arcaica. Me interesa su investigación sensorial asociada a la triple velocidad de la luz, en ese, disociador de partículas y que usted vuelve a nombrar, como en tiempos arcaicos, «acelerador».

La doctora Carmona, permaneció calma, sabiendo que la formación científica, le había enseñado a desechar el miedo. La voz, aunque carrasposa y de tintes antiquísimos, le pareció amistosa. Quiso fijarla en un lugar determinado, sin lograrlo. Soy, - dijo con solemnidad - un atavismo lunar, quizá una partícula femiónica o un pensamiento subatómico cósmico, del que la sustancia corporal humanoide, abandonara, hace siglos terrestres, o algunos meses Lácteos…

Efectivamente, todo es relativo, fue lo que primero pensó, la doctora. Estaré escuchando al incorpóreo e espiritual Einstein, se preguntó. No, necesariamente, agregó la voz y siguió la conversación en términos puramente mentales.

Sabe que está alineada en un lugar geológico muy especial, adelantó a contestar la voz, antecediendo la pregunta que ya formulaba la Doctora Carmona. Afirmo que vuestra habitación esta asentada sobre una falla rocosa en que abunda la piedra galena. Las ondas sonoras que usted emite, se condensan en flujos magnéticos y viajan a una velocidad sorprendente, llamada, la velocidad de la oscuridad.

Mi presencia, entonces, ni es etérea ni incorpórea, es simplemente, mi voz que siguiendo la naturalidad de las cosas, llega a usted, franqueando innumerables espirales de «trou noir», espirales, estos últimos, que tienen características similares a la cadena de ADN y que conforman de esta manera, las conductas genético-atómicas, de cada uno de los Universos que nos circundan.

A pesar del silencio y la total concentración, casi hipnosensorial, de la doctora, al escuchar semejantes revelaciones, la voz se fue perdiendo en el cetrino montañoso, con las primeras luz del alba.

EN RUTA A LO EXTRA PLANETARIO

A solas con su incomprendida experiencia, la doctora Carmona se apresuró a tomar nota de las interesantes declaraciones, cuyo carácter científico, la dejaron agradablemente sorprendida. Esto ha sido como un eco, que viaja fuera de la voluntad real del ente que las emite, digo, sin aparente voluntad, creo que así es más exacta mi humilde deducción.

¿Quien de mis colegas, tendrá la suficiente capacidad de duda y me creerá? – tendré, acaso de tratar de resolver por mi misma, esta «aparente enigma» recalcó con voz de científica e investigadora.

Tampoco quiso separar sus prioridades de la reciente experiencia, y decidió incorporar entre sus escritos, el poema Extropía, escrito hace algunas décadas, probablemente por algún Andrew, que en aquellos tiempos, casi bíblicos, pululaban por una red muchos meno sofisticada que la actual.

Como empujada por una fuerza incontrolable, se sintió dirigida a la biblioteca del lugar. Algún indicio, podría ayudarle a constatar por si misma, lo que aquella noche, ella había vivido como una de sus mejores y más interesantes experiencias. Más allá versus más acá, se dijo convencida de que lo experimentado no escapaba ahora a una realidad, que se pretendía, cada vez más próxima a repetirse.

El uso de la antigravedad, se hacía cada vez más indispensable, entonces no lo pensó dos veces y se dispuso a preparar todo su material para luego más tarde empinarse fuera de la órbita planetaria.

Debía, obligatoriamente, prevenir de su ausencia a quienes eran sus colaboradores. Sin embargo, se dio tiempo para declamar en la tierna solicitud de su lejanía, casi en un susurro:

En el Valle de la Luna/Con metáforas y parábolas/Se están juntando los poetas.

Cuando adviertan mi ausencia, tratarán de entrar en comunicación y tal vez, consiga, re verificar la efectividad de mi incipiente telepatía, haciendo mención interiormente a esa voz, que la sorprendió en medio de la noche, en su propias habitaciones, del Valle de la Luna.

……


Una vez todo el nano-arsenal, del que disponía, lo dispuso en orden y prioridades de utilización. Abordó su minúscula nave de un paso seguro. Dio un último visazo a su entorno y se dispuso a accionar los mecanismos de despegue.


Una vez en ruta, no pudo menos que declamar:

Se le acercó una voz

En una noche de luna

Telepatía y ternura

Invadió su corazón
Y aunque la voz se disipara

Con la brisa húmeda del alba

Le dejó en su esperanza

Conocimientos certeros

De espirales y manzanas.


Copyright © Jaime Alfonso Luis León Cuadra. Todos los derechos reservados.

ESTRATEGIAS DE TABLERO


Ven ajedrezar mi vida en mi tablero
En el salón del reino te espero yo
Y dispuesto llego a la ceremonia
a despojarte toda es m"ilusión

Una fila de poetas y de cantores
Van recogiendo versos pa’la ocasión
Y
en el continente mudo de tus acciones

Enrrocarte quiero con mi pasión.

Prefiero enrroque corto que enrroque largo
Pues reduce el espacio para el amor
Y por las alamedas del principado
Cabalgando voy, cabalgando voy.


Voy recogiendo flores por los jardines
Preparando con astucia mi corazón
Para el jaque mate que en esta noche
A ganarlo todo me ha dispuesto el amor.

Entre fila de Reyes y de señores
A salto de caballo te beso un peón
Dejándote reina libre y amenazada
Desde esta mañana por mi pasión.

Copyright © Monsieur James. Todos los derechos reservados

ESQUELA (CANTO AL SILENCIO DEFINITIVO)


En Canadá el 27 de abril de 1999.

Pequeña despedida a mi amigo Humberto Lodigiani C.

«Canto al Silencio Definitivo»

En mi cuarto la luna encendida proyectaba una suave luminosidad de encantamiento. Un pájaro ceniciento, como una pesada lágrima parecía aletear en los vidrios. De pronto el silencio misterioso fue horadado por un murmullo tupido, lastimero y triste. Yo, habitualmente pensaba en ti, por allá lejos; recogía flores, besaba mis recuerdos, olía tu perfume soldado a mi piel. ÁQué loco! Sobrecogido por la magia de tus ojos distantes, estuve detenido en los pristinos balcones que miraban a tus jardines, y jugaba con las alegres mariposas y las flores, sin otra preocupación que mi narcisismo onírico. Buscaba las centinelas luces que me dieran la inspiración necesaria para continuar nuestro epistolar intercambio.... El pájaro ceniciento, vino nuevamente a mi ventana y cual melusina amante, susurró dos veces: Tu hermano Pellino, ha cambiado la tierra por el cielo.
EL día 27 de abril de 1999 llegó la noticia del fallecimiento de mi querido hermano Pellino. El día anterior, en Santiago de Chile, lugar de su residencia, su corazón fatigado se durmió para siempre.
No quise sustraerme a la tarea de evocar, lo que ha significado, desde el año 93, este imaginario caminar por un mundo de sueños, en que amparados por musicales anhelos, fuimos sembrando semillas azules.
Allí, nuestros domésticos altares, fijos en un punto celeste «que hoy es su demora» crearon esperanzas de rosas. Desfilaron por nuestros versos: la mujer amada, aquella paloma célica que adornada de madre, de esposa, de abuela, o tal vez de melina princesa, simplemente, fue recorriendo nuestras vidas, amparándonos de todos aquellos demonios, contra los que que nuestra herculeana virilidad fue siempre tan impotente.


Viajamos hacia los crepúsculos, caminamos al encuentro dorado del otro lado de las estrellas. Abrazados, partimos a la fuga de aquella tristeza, que siempre llenaba de océanos nuestros ojos de piedra, cada vez que, tú, mujer dibujada a nuestra piel, parecías disputarnos. Hoy, en las horas de aquel misterioso «silencio definitivo» que tú llamabas con tanta poesía, hermano Pellito, me has dejado solo. ¿Con quién quieres que siga compartiendo mis cuitas?... sólo tú conocías las orilla de mis cuentos y fuiste capaz de dignificar mis días obscuros, con tu magnífica luz.
¡Ah hermano, qué silencio el tuyo!... ¡sí... tenías razón...! «misterioso y definitivo» tu silencio. Ya no te alcanzaran los almíbares tejedores de la aurora. Te habrás instalado del otro lado de la luna a preparar tu encuentro, con el Generoso Padre del mundo. Una vez asignado al concierto celestial, tu luz seguirá brillando en todos nuestros rincones.


A Dios.....hermano querido.

Jaime Alfonso Luis León Cuadra

Publicado el 2/6/2007

Copyright © Monsieur James. Todos los derechos reservados.

ESE TIPO DE MARRAS


Mujer
te habías enamorado
¿y no me dijiste nada?
¡qué! ¿qué si me iba a enojar?
por favor mujer,
una pena más,
¿acaso no conoces
mis alboradas?

¡Ven! libérate conmigo
mi amor por ti es sin amarras
dime ¿quién es el tipo de marras
que quiere salir contigo?

¡Vaya que no exagero!
son tus ojos
y acusan lágrimas
te conozco mujer
deja ya de librar batalla.

Sabes; te quiero ayudar
¡si ya no me amas!
de ti no querré
ni poco menos nada
sólo que seas feliz
con ese tipo... de marras.

Copyright © Monsieur James. Todos los derechos reservados.

lunes, 24 de septiembre de 2007

DIARIO DE VIDA


Trepé al castaño y observé sin pestañear como se cumplen tus sueños.

Corrían los años 40 y ahí estaba «El Carrascal» un camino de piedras, adornado de trigo y maizales, soñando con vestirse de gala.

En su antiguo atuendo de quiscos y arenales, era fiel sendero de carretas y ripios.

En sus sueños, revestido de sus propias canteras, lucía en sus quimeras, novedosos rascacielos de piedra, iluminadas carreteras de mercurio y balcones de luna.

Esta página, diario de vida, fue rescatada, gracias a la remodelación, en los aledaños del río Mapocho, mientras, ineluctablemente, se cumplen sus sueños.


© Monsieur James

CUANDO LO SUPE



Cuando lo supe.
Deduje que el hálito se había roto entre suspiros,
Creí que los bosques se nublaban de recelo
Y desvanecía mi vigor amoratado
Precipitando amargo el trastorno,
Cual excitada ballesta de ilusiones apagadas,
Como hondonadas deshechas;
Cuando lo supe....
Si el brío asienta destinos en las manos,
Si la voluntad silencia sobrecogida
De cara al murmullo de las sombras,
Cuando se acumulan los bramidos.
Si no me fié en los genios ni en los témpanos,
¿Por qué acusa el vagido del barranco?
¿Por qué hay histéricas trovas en aullido,
Rechinando como vetustos infiernos
Entre mi congelado arrebato,
Y mi sollozo que no es ruego ni gemido?
¡Ah, la disipada huella que delineó su contorno perdido!
En mis evocaciones veo su chispear
Como algarabías de seductoras ultrajadas.
Prende el garbo de la inquina,
Mientras queman la punzada y el martirio.
Cuando lo supe,
Mis esencias se clavaron como serpientes
Y se obligó la vida en mis pupilas.
Al costado de la memoria, siento un desaliento enorme
En el vacío de la infructuosa vida.


© Monsieur James

CIELO


En el anhelo de mi cuerpo demacrado
Que carcome mis ansias con tus manos
Es el tiempo que corroe mi pasado
Con tu pelo y tus besos tan cercanos.

Y ahí llegas como virgen y tu gracia
A ofrecerme la miel de tu orfandad

Como niña que florece ya en un campo
Sin el sol, sin rocío ni humedad.

Pero ven a mis lugares de esperanza
Pues mis besos te han querido dibujar
Guardando con mis manos el aroma
De tu cielo mis caricias y tu mar.

Y ahí te quedas en mi alma aprisionada
Como el viento que corroe sin cesar
Las delicias de tu cuerpo de princesa
Cuando vienes a mi lado a caminar.


© Monsieur James

lunes, 17 de septiembre de 2007

ENSAYOS MECANICOS IV


El tiempo es un tictac amargo
en su lento sendero de engranajes
las agujas circundan las esferas
de un recuerdo que se va haciendo aire.

Las piezas del mecano que te guardan
se desprenden una a una en el espacio
y en la libertad que ahora va quedando
engalano el azar de otros geranios.

Remontar los punteros de la vida
y resentir ese tictac envejecido
es renegar este momento y mi alegría
y también la ineludible
mecánica del olvido.

Mejor te quedas en efímero recuerdo
¿para qué volver a lo que hoy
es magistral simple distancia?
si en mi sendero, tu luz ya no me alumbra
ni me llega aquel olor que fue fragancia.


Hoy el tiempo de llantos y lamentos
lleva cuarzos de ajustadas precisiones
y la arena que se vana grano a grano
o los tristes engranajes no aceitados
son litios modernos comprimidos
con la diminuta figura de un corsario.

Y ya ves, pasó el tiempo y en mi ocaso
te derrites en mi amor ya concluido
si volvieras a mi vida ¡Qué fracaso!
¡Nadie detiene lo que fuiste otro día!
pues opera lo que los amantes no avizoran:
¡la implacable Mecánica del Olvido!

© Monsieur James

ZULEMA, LA TIA ABUELA


Alta, hermosa, rubia la tía-abuela Zulema. Su figura acusaba un dejo señorial, tal vez una chispa de amor robado en algún salón linajudo.
Zulema, acusó un espíritu con ideal independiente, en una época en que los hombres dominaban todos los aspectos sociales y económicos del acontecer mundano.
Ella no quiso someterse al acto puramente pro creativo y procuró, con todas sus mañas, abrirse paso entre el tumulto machista del período reinante.
Exigió desde temprana edad, la parte de su herencia y se dedicó al comercio de sus frutos agrícolas, en que predominaban las nueces. Con el tiempo, se especializó en las frutas secas, fuente económica importante. Su patrimonio, sin acrecentar en forma desmedida, se fortalece por los buenos cuidados que ella otorga a la tierra.

Su sobrina Adriana, fue siempre su regalona.

Un día, desembarcó en casa y dijo con serena tranquilidad, —Nana (Adriana, mi madre) vengo a morirme aquí. Nadie río ni la contradijo, si ella lo dijo, así tendría que ser.
Día más tarde, la casa se inundaba de muebles vetustos y de gloriosas antigüedades. Aparte, los ladridos de Sultán, nadie se atrevió a pronunciar palabra. Su presencia, parecía sentenciarnos con su elegante señorío.
De sus sobrinos-nietos, fui quien más se acercó a ella, así, sus coscorrones eran, en mi cabeza, su irrestricta voluntad de aprenderme las primeras letras.
Creo que lo logró.

Sus negocios, siguieron funcionando de manera ordenada y eficiente. Su «Libreta de Notas» todo un compendio de contabilidad, siempre llamó mi atención. María, (Matrona del cuidador) se convirtió en la noble secretaria, que visitaba la casa y tenía la generosidad de invadir nuestra despensa de frutos en los que un lugar especial, fue destinado a las paltas.
Qué sabrosa mercadería, pero que espanto cuando todas se ponían a madurar de un tiempo.
María, cuando advirtió toda la pérdida que ello significaba, nos dijo al oído, guárdenlas bajo arena de río.

Con la llegada de la tía abuela, no está agregar que las economías de mi padre, sufrieron un alegre respiro.
Zulema se sentía acompañada y manifestaba su alegría con señoriales muestras de gratitud.
Sin embargo la enfermedad empezó a consumirla. Un día, hizo llamar al abogado de la familia, y sin más redactó su implacable testamento.
Todo para Adriana, con excepción de un viejo y arcaico ropero que fue a dar a mis manos.

Al día siguiente, Zulema se durmió para siempre, dejando tras ella ese dominio tan propio y noble con que nos quiso acompañar sus últimos días.

© Monsieur James

sábado, 15 de septiembre de 2007

ESCUCHA MUJER


Si le precede un beso
mil palabras te concedo
puedes contarme en versos
todo el candor de tus miedos.
……

Sabes que soy truhán
a veces amigo
otras bandolero
que me robo el amor
y desaparezco.

Sabes
Que vuelvo con una flor
y te la ofrezco
habla mujer
te lo concedo.

Escucha
Quiero que sepas
que yo también te quiero
otras te deseo
y hasta te detesto.

Pero...

Sí, tienes razón
me he forjado traidor
porque en el amor
no creo.

Mujer
lágrimas no quiero
sécate el lagrimón
acércate a mi pecho
hagamos el amor
no aprisiones mi corazón
que libre
es como amarte
quiero.

© Monsieur James

ES TODO LO QUE TENGO QUE DECLARAR


Yo nací en Chile, en una aldea sureña. Arranado, morenazo y guatón. Llevaba la tierra como estandarte pegada en mis u-as. Mis manos adoraban esa tinta negra con que la tierra escribía sus huellas en mi humilde humanidad campesina. Vivía feliz, hasta la fecha fatídica, con mi huerta, mis chanchos, mis gallinas, mis pollos, mi negra curiche siempre bien dispuesta y una parvá de críos que jugaban en la libertad luminosa del campo y de la fruta. Mi pala, mi azadón, y el pedacito de tierra recién reformado, hacían de mi un hombre satisfecho. 2da Parte, Golpe de Estado ……….se oscureció el día, y la noche se abrió en un furgón militar. Primera vez en mi vida que era sometido a interrogatorios ya que nunca fui al colegio. Nunca comprendí las preguntas y menos la violencia. Comprendí todas las groserías y blasfemias. Sentí que me odiaban y juro que en mi campesina vida ví a ninguno de ellos. Durante una semana me dieron de patadas en los genitales, me aplicaron corriente en los sobacos colgado por los brazos con alambre, luego del dolor vino el hambre la soledad y luego la nada. 3ª Parte Despertando en Canadá ……….tiempo después creí despertar paseando por la calle San Diego, me llamó la atención no lograr entender mi propio idioma. Quise preguntar algo. La alegría y el asombro de la joven que halaba mi silla de ruedas fue enorme. Me abrazó, me besó y me dejó aún más confundido. No logré entender nada. Cerré los ojos y me deje guiar. ……….la vuelta al departamento fue vertiginosa. Conclusión ……….supe que estaba en Montréal. Me enteré que Pinochet estaba preso en Lóndres y me dieron unas ganas enormes de volver a vivir. Es todo lo que tengo que declarar señor juez. Ah! la joven que empujaba mi silla, última alegría que no sentí en años, era mi nieta.


© Monsieur James

ENTRE SABANAS DE POETAS


Un orgasmo está al acecho
Y furiosa está mi boca
Tu epidermis venenosa
Revolcándose en mi lecho
Maduros están tus pechos
Con caricias de poetas.

Un beso se divierte
Entre piernas temblorosas
y un madero que no cabe
En quimérica erección
Parece órgano en devoción
En tu sedienta boca.

Los dedos se recogen
En sábanas de dulce seda
Mientras dos cuerpos se cogen
Temblando un suspiro queda
Flotando en dulce alcoba;
Un espasmo que zozobra
Y un orgasmo que se muere.

Manos enredadas
Entre sábanas de poetas.

© Monsieur James

viernes, 14 de septiembre de 2007

EN TU CORAZON SIN ESPINAS


En tu corazón sin espinas
He cobijado mi alma
Para cubrirla de sedas
Por los caminos del alba

La angustia se me hizo canto
En gotas de lluvia fina
Cuando apareciste en mis ojos
Toda ternura, mi niña.




Ahí estás. Presente en mis pensamientos.
Apareces como el milagro de una sonrisa y disipas de esa forma todas las sombras de mis caminos.
Me pareces alegre envuelta de sol, y tu voz parece volar a través de los intrincados picachos cuzqueños y andinos.
Sin duda eres una de aquellas vírgenes mitológicas de mis sueños.
Eres ese ángel ligero en constante vuelo.
Perteneces a la leyenda de mis cuentos y eres el mito de todas mis virtudes.

De ahí, sin dudas, nace la serenidad conque vivo.
Formas parte de mi vida en todos sus instantes.
Naces con cada primavera y te vuelves frágil y delicada en cada otoño. Eres el puerto al que quiero anclar la barca en la que he navegado mis ilusiones.
Eres la carta que leo, cual oración y que sujeta mi esperanza, cobijando con su dulzura mi fe en tu corazón sin espinas.


© Monsieur James

EN MEDIO DE LAS PENAS NACEN LAS FLORES



Jugaba con la quietud del día. Nada parecía advertir los nubarrones ni la tempestad que se dibujaba en ese cielo diáfano y transparente. Sin embargo, con todas las velocidades del averno, el cielo se tornó negro y el viento, con la fuerza de los huracanes norteños, comenzó una danza de aullidos tristes y fríos. La obscuridad del desamor cubrió mis sueños y tus olvidos deshojaron todas mis ilusiones, como ese viento huracanado del norte y dejó la selva de mi corazón, sumida en un otoño triste.

Todo sucedió ese mismo día, con la velocidad multiplicada de la obscuridad. El huracán pareció desatar iras, odios y resquemores. Mi alma contaminó mis senderos de miedo y todos mis caminos parecían abismos. Me detuve con toda la fuerza de mi amor. El viento continuaba empujando mi alma a los barrancos empedrados, fríos y duros del casi invierno.

Apreté contra mi la esperanza y me cobijé en la luz de tu recuerdo. Creo haberte llamado, con ese grito desgarrador y silencioso que conozco en mis pesadillas. Tu imagen me llega dulce en medio de tanta angustia y mi pecho agarrotado vuelve a aspirar la delicia de tu perfume incierto. Fije mis ojos en la inmensa obscuridad y queriendo conocer el origen de ese tu perfume, abrí mis ojos para fabricar con ellos un halo de luz, en la ansiedad de despojarme del miedo.

El milagro, llegó repentino. Ahí, en los avatares de mi vida, en el centro de mi pena, volviste a aparecer, límpida y pura, querida niña Andréanne. Siguió la serenidad de tus ojos tristes y en la ternura de tu mirada desaparecieron esos abismos, en que los huracanes del olvido querían sepultar mi alma. Tu ternura ha vuelto impermeable mi corazón a la tristeza y hoy llevó en el ojal esa flor andréanne que nació en el centro de mi pena.

© Monsieur James

EL VENDEDOR DE GALLOS


Por la tierra entonando
Iba el vendedor de gallos
Panamá de paja y de sol
Pitándose un puro habano.

Las cuerdas de su voz
Tenían pestañas de campo
Sus manos multicolores
Acariciaban los gallos.

Por las mañanas de frío
Llega el vendedor de gallos
Mudando bonito el canto
Por un velado suspiro.

Entre sus manos de hombre
Están soñando los gallos.

© Monsieur James

EL POTO NEGRO


Antes y después de un exilio forzado...


Dedicatoria muy especial

Vaya con la inspiración sensual
Con que dramático Caballero
Llegó una tarde y confidente
Hacerme partícipe cabal
De sus angustias y sus anhelos



Yo nací en una aldea sureña arranado, morenazo y guatón. Llevo, la tierra como estandarte pegada en mis uñas. Mis manos adoran esa tinta negra con que la tierra escribe sus huellas en mi humilde humanidad campesina. Viví feliz, hasta la fecha fatídica, con mi huerta, mis chanchos, mis gallinas, mis pollos, mi negra curiche y una parvá de críos. Mi negra curiche, siempre bien dispuesta y los niños jugando en la libertad luminosa del campo y de la fruta. Mi pala, mi azadón, y el pedacito de tierra recién reformado, hacían de mí un campesino satisfecho.

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Un día, mientras la vida seguía su curso en las tierras de Dios, sin saber por qué, ni cómo, ni con qué fin, se armó la gorda en la Capital. De súbito,
los pacos (carabineros, fuerza policial chilena) empezaron la recorría de mercaderías en la feria del pueblo, repitiendo en voz baja y solapadamente: "váyanse pa’la casa cabritos " como una advertencia amistosa y llena de hipocresía de lo que se convertiría en una de la más grandes mariconadas registrada, hasta ahora, en la historia nuestra.

Cerca del mediodía, tras una polvarea aparecen los "jovencitos de la película" . Camiones cargados de milicos (a los milicos los llaman las empanadas : salen calientes los domingos ) y armados hasta los dientes, bajan apresurados, como en plena guerra, y, de lo que es "patá en la raja" empiezan a liberar la plaza de un montón de cabros chicos y de cuanto quiltro famélico encuentran en su avanzada macabra.

Se dividen en cuatro secciones que se disparan hacia las habitaciones del pueblo y con voz de mando hacen salir a todo el mundo a la calle. Entre ellas, por supuesto hay chiquillas jóvenes que, especialmente, concentran en la plaza. El griterío de la cabrería, se hace casi insoportable. Algunos milicos agarran a las más bonitas y se mandan a cambiar. Nadie sabe lo que pasa, nadie osa preguntar. Yo miraba atónito sin lograr comprender, hasta que un culatazo en los riñones me haría despertar, un día más tarde, en una celda estrecha que compartí con siete desconocidos. ¡Qué guevá! el primer instinto fue el de presentarme. Mirevé, aqui Jacinto Cuevas para servirles. ¡Ah qué guevada! (si a eso le llamay Cuevas.... me dijeron)

Luego de apreciar a su justo valor la valentía de los soldados y muchos civiles, en un tránsito de torturas y de flagelaciones, me dejaron libre. De repente y sin aviso previo me metieron en un avión. ¡Putas! Yo, hasta ese día, no me había subido ni a un ascensor siquiera. De ahí, una vez que me amarraron y sentí los motores en marcha, pasé a los sustos y a rezar. Ahí estoy yo, escondido en el asiento cuando una minita más linda que


la cresta empieza hablar en otro idioma. Inútil, no entiendo ni jota, pero, ¡qué boquita más re linda!. Cuando uno ve un pajarito así, manda a la cresta el miedo y los rezos y se va poniendo un poco más lacho que de costumbre. Parece que sus ojitos todavía me están mirando. Mientras explica un sinfín de cosas y se pone unas máscaras, yo sueño con un buen trago de vino y en un besito en inglés.

.................................................... Estaba medio arranado en el asiento, probablemente pensando puras leseras, cuando de repente empiezan a temblar las alas, a tronar los motores y sin decir allá voy el aparato agarra vuelo y en un santiamén siento que el asiento me chupa como ventosa. Vamos volando mierda. ¡Qué sensación, la maricona e grande, iñor!

Después de un momento empiezo a abrir de a poco los ojos y a aguantar como hombre las ganas de ir al guate. No me atrevo a mirar por los ventanucos, no vaya a ser cosa que me desmaye, mirevé.

................................. minutos más tarde, empiezan a repartir unas cuestiones pa ponerse en las orejas, ¿iremos a jugar al doctor? me pregunto. Luego sirven una comida con gusto a plástico y un vasito todo cagado de vino. Creo que me quedé dormido. (me debe haber arrebatado…. el plástico)

Me saltaré las escalas, ya que no tienen incidencia en el cuento. Me las guardo para cultura personal.
"Su atención por favor, estamos volando sobre la ciudad de Toronto, la temperatura exterior es de menos 18 grados. Dentro de quince minutos aproximadamente comenzaremos el descenso para aterrizar en la ciudad de Montreal cerca de las 16 hrs. hora local. Se ruega, etc......" De pronto siento que el estómago cambia de lugar y un gustito, parecido a las jugarretas en la cama con la negra curiche, me recorre mi atlético cuerpo
(por lo transpirado) con el que sobrevivo.

De arranao y guatón me voy quedando con lo puro morenazo. Agréguenle la palidez a mi estado y cualquiera me confunde con "James Bond" africano. Con un hambre de los mil infiernos y un susto el guebón de grande, me arrano en el asiento, no vaya a ser cosa que un deseo maldito se meta de la partida.
________________________________________

De la aldea, al pueblo de las torturas y los interrogatorios, de ese pueblo a la capital y de la capital, como peo salgo "exportado", nótese, al Canadá. ¡Ah! ....¡qué diferencia! ¡Por la puta! y lo más “descueve”, ni un solo milico, ni un paco. ¿Dónde chuchas estoy? ¿Estaré soñando?

Un, dos y tres y aquí estoy Godoy otra vez como un guatón arranado, porque la única cosa que se me ocurre es comer, no sea para recuperar mi seductora estampa, mientras estudio, "las patitas", la lengula franchuta .

Entre periquitas venidas de todo el globo y tan re-lindas, me baja la pretensión.

De repente salto de mi rancho, a un 4, ½ debidamente amoblado. Chuchas, dan ganas de decir "pa callado" Chis, ¿pa’cuándo otra pata en la raja?

El ranita se encacha, la pega no falta y ahí entre fregando ollas y lavando platos, me empiezo a codear con toditos los profesionales que salieron de Chile. Putas que había hartos guebones capos. En las noches asisto a conferencias, por ejemplo: el profesor Danubio da una charla sobre los


restos de comida en los platos hondos y de su importancia de lavarlos con agua caliente. Así también, se me empieza a pegar un montón de chamullos y de peón de huerta paso a ser "Técnico Agrícola, engresado
de l’Universidá Tésnica del Estadio. (Qué honda más guena gancho)

Con mi nuevo currrrrriculum, una cacha de mujercitas "blondas" le llaman aquí, a las rubiecitas y a las pololitas, empiezan a desfilar por el "lit " del compadre, y putas que estoy contento. Se me le requete orvidó que soy casado y me creo el hoyo del queque.

El descalabro de la sexualidad explota y un regocijo de potitos blancos, calzoncitos chiquititos y de todos colores empiezan a enredarse en mis antiguas manos de campesino humirde. Siento que el corazón me tiembla como las alas al avión, aquél. Me empiezo a mirar mi cara de ojota en ojitos azules, verdecitos, con una libertad que maravilla, putas, me vuelvo loco. Ligerito salto de la carretela en que iba a entregar algunas verduras a los alrededores de mi aldea a un Ford 82 con hartos caballos de fuerza, (nunca vi los caballos) pero así son esas cosas técnicas.

A esta locura internacionalista, siguen el trago, los líos amorosos, los celos huevones y se empieza a instalar la monotonía clandestina en mi alma de hombre bien educado, la moral empieza a hacer estragos en mi pobre humanidad, los culos pálidos empiezan a bajar de intensidad en mis pasiones y una cresta de noche me despierto sobresaltado (digamos que la droga del internacionalismo empieza a disminuir su efecto) y, tranquilamente, empiezo a aterrizar de nuevo en mi aldea. El alma se me pone romántica y me hacen falta mis chiquillos en esa hilera de mocos, mi negra curiche y mis lutos negros en las uñas.

El romanticismo me pone tristón, y, como el hombre no puede vivir triste gancho me acuerdo de mi poto negro, sí compadre, de mi poto negro. D’ei
mesmito me las empujo pa’una tienda de pasajes de avión y mi negra curiche aterriza con una cacha de cabros chicos en Mirabel, las corbatas al viento le cuelgan como los mocos en la aldea, una verdadera fiesta dieciochera para mi corazón campesino.

Un nudo me atraviesa el guargüero y una humedad se advierte en mis ojos. Me abrazo confundido en un beso con gusto a carboná a mi poto negro y un lío de manitos chicas me aprietan los pantalones, recojo un lagrimón y vuelvo a ser feliz. ¡Váyase a la cresta!... mi general.

POTO, significa «trasero, culo» en la obra.

© Monsieur James

EL DUENDE


En los suburbios literarios
Me apodaría «Jaime el duende»
Quién lo afirma no me ofende
Al contrario vana-gloria
Y vaya que lo afirmo
Es un tanto adulador
Ser leído por la escoria
De tan sufrido continente.

Empezar a escribir historia
Entre el pueblo y su basura
Sufrido por tanto insecto
Que lo sume en la amargura
Enfermedades y locuras
Con diabólico intelecto
Esto es alegría pura
Que gratifica inconsciente
Esos cuentos en que la luna
Por las noches me procura
Inspiración al sentimiento.

En los suburbios literarios
Los críticos hablan de mí
De mi loco frenesí
O del dolor de mi pluma
Blasfeman o vanaglorian
Como el mítico duende
O aquel niño malo y rebelde
Que no pierde la memoria
De la histórica maldad
De masturbada realidad
En un mundo irreverente.

Soy Jaime León el duende
El que de siempre pretende
Plantear terco y vehemente
Libre su verdad

Si, soy Jaime el duende
O Monsieur James el rebelde
Cada cual elija su mitad.

© Monsieur James

EL ALUDIDO


Esas cosas extrañas

Generalmente nos reuníamos los días sábados y parte del domingo. Nos habíamos propuesto cenar juntos, y, poner a prueba, cada semana, el arte culinario de uno u otro país, de los contertulios de la diáspora latinoamericana hospedada en la ciudad de Québec, en Canadá; luego, saborear algunos tragos típicos de nuestros queridos y lejanos terruños. Todo ésto, además, nos permitía competir en lo culinario (hombres y mujeres) y luego disfrutar de la compañía femenina. A ellas les gusta bailar, a los varones nos gustaba bailar, sobre todo con la señora del otro y no perder esa galantería tan latina. En seguida, se nos entusiasmaban los músicos y ligerito estábamos todos cantando: zambas, boleros, canciones más viejas que la vela, etcétera. Los guitarristas, en algunos casos (o casas), no faltaba el piano, los quenistas, zampoñeros, en fin todo el inventario musical disponible. Nadie podía ya sorprenderse entonces de la exquisita voz de María y sus canciones mexicanas, de la maestría en el bombo del Beto (ejemplar uruguayo); —estos argentinos con personalidad— como lo decía amigablemente mi hermano Carlos. En fin, disfrutamos también con las interpretaciones exquisitas de Angel, otro mexicano cuyos chilenismos nos hacían reventar de risa. Había ido a Chile a revolucionar la revolución de Allende por los años 70 al 73. Una vez que la hora tardía ya no se prestaba para la música ni los cantos, por lo general, las señoras hacían banda aparte (no todas) y entre la exquisitez de un cigarillo bien saboreado, no faltaba que alguno de los profesionales, dispusiera de algunos minutos para exponer un tema que en sabiondos monólogos, cuasi no interrumpidos, nos libraba con regocijo, espontaneidad, y una pedagogía digna de las mejores Universidades del mundo. Los menos avezados, agradecíamos con un silencio sepulcral esas clasesmagistrales ofrecidas, así, tan desinteresadamente, por tan eruditos contertulios. Luego del tema expuesto, el eruditaje y el intelecto se pasaba a los comentarios y a los intercambios de rigor, dejando un sabor de magistral ignorancia en alguno de nosotros. Una vez el domingo bastante avanzado en horas, nos dispersábamos cada uno a sus hogares, quedando con ese gusto a poco y esperando con ansiedad el próximo fin de semana.
Entonces fue que apareció uno de estos fines de semana, «El Aludido» extraño y folclórico personaje. Se presentó sin señora, y medio despistado en el lote. Pero ligerito, se metió en el ambiente y pareció totalmente normal. Cantó, por ahí emitió algunas opiniones, tomó moderadamente y se puede decir que tuvo un comportamiento de caballero. (Con minúscula) ya comprenderán el resto.
Cuando llega el momento de las tertulias, el tipo prefiere refugiarse en el lote de las mujeres.

Después supimos que quería deshagogarse de una pena de amor y no le dimos mayor importancia, mejor todavía, lo encontramos totalmente normal.

Christian, el pintor, empieza a dialogar y nos anuncia que su atención se ha detenido, esta vez en dos artistas, dos universos. y nos propone un acercamiento entre: LA ROSA DE LAS ARENAS, de Silvio Rodríguez y LA ESPADA DE LA BRUMA de Patricio Manns. Aceptamos con mucho regocijo, pues ambos personajes habían marcado y seguían marcando nuestras sensibilidades musicales y/o poéticas.

Entonces, dijo a modo de inicio y de absoluta modestia intelectual, voy a citarles lo siguiente: —En este mundo, solamente el hombre detenta el poder absoluto al equívoco; libertad, corolario de otro poder, aquel de reconocer lo verdadero— de Pierre Emmanuel.

—El interés que me lleva a hablarles de estos artistas, no está encaminado necesariamente a ofrecerles una interpretación completa de las obras de Patricio Manns y de Silvio Rodríguez. El por qué, relativamente simple a explicar, obedece a que aún, ni uno ni otro y que, por lo que propongo, ésto exige, absolutamente, una explicación. Entiendo por ensayo : interpretación, en cierta forma recogida aleatoria y directamente de un simpático e impreciso abanico. Dos artistas, dos universos. Las formas en el artista están en constante fusión, las ideas se conjugan en una especie de metamorfosis continua, difícil de dejarlas insertas o de fijarlas en un discurso; un poema o una canción, tienen éso en particular, son infatigables y solicitan una eterna investigación. La canción, según mi punto de vista, está enclavada entre la música y ciertos modelos de literatura. Probablemente, sería necesario decir la poesía. Sin embargo, una canción puede inspirarse del discurso de carácter íntimo de un diario de vida escrupulosamente ordenado, de un relato, de una narración o de una leyenda. Me parece problemático, en tal caso, definir convenientemente la naturaleza propia de la literatura en la canción. Sin duda, es necesario hacerlo delicadamente y artista por artista.

(No se oía el ruido de una mosca y el cuchicheo mujeril con El Aludido, perdía interés).

Por otra parte, el hecho de ser autores-intérpretes, Manns y Rodríguez no tienen prácticamente nada en común. De ahí nace el interés por la comparación entre ambos. Para ello es imperativo conocerlos bien, , sino lo que escribo, además de la evidente inutilidad, no tendría gusto a nada, adolecería justamente de interés. Es necesario prevenirlos de que los documentos que yo he utilizado y que me han permitido emitir ciertos juicios; han sido escasos y de cierta manera incompletos en el caso de Manns y que aquellos de Rodríguez, han sido más abundantes. Recordemos también, que Manns, contrariamente à Rodríguez, no sólo canta, sino que además escribe noticias, cuentos, poesía asimismo que ensayos históricos. Manns es también, llamémoslo así, un miembro alejado del grupo musical Inti-Illimani y, sería muy interesante y revelador escribir algunas líneas respecto de la relación con Horacio Salinas .

Se produjo algo extraño, Christian miró de reojo en dirección del Aludido y levantó la voz para proseguir su retórica, dejando escapar un malogrado ejem… todos dimos vuelta la cara en dirección al susodicho personaje, que más parecía unos de esos frescolines sinvergüenzas, que un ignorado Caballero. Nos volvimos preocupados y Christian prosiguió su exquisita elocución.



—Me sorprende el hecho de escuchar a mis compatriotas (VIEJO LACHO) dejó escapar en voz alta y prosiguió — decir que los cantantes, en la época de sus nostalgias, ponían más coraje y más vitalidad en sus interpretaciones. Algunos, gustan del Rodríguez, de los tiempos de su juventud. Afirman que cantaba con más convicción y con más temeridad, mientras que hoy se contenta con repetir, teniendo cuidado de conservar la misma imagen. O bien, el contexto ha cambiado. Parece ser, que la canción cubana, en aquellos tiempos, brillaba de todo su esplendor, y que ahora siendo todo relativo, nuestros ilustres trovadores se contentan de hablar de ellos mismos, de sus naderías….de todas maneras los grandes principios de la revolución murieron con la virulencia de los imperialismos económicos en el que todo el mundo critica (severamente), pero donde nadie propone un sistema basado en la generosidad y el compartir. Todos los sistemas tienen su valor: ¿capitalismo? ¿comunismo marxista y de tipo (China) o bien (Cuba)? Pero, si hablamos con sinceridad, ¿qué es lo que sucede exactamente? Aquellos que viven en el pasado son nostálgicos. ¿Pero de qué hombre o de que mujer que naturalmente crece – y que por ende envejece – podríamos no detectar ese dejo de nostalgia? La nostalgia es casi tan importante al ser humano como la esperanza de un mañana lo es para el niño. Sin embargo, es necesario comprender que existe una nostalgia mucho más corrosiva que otras. Esta forma de nostalgia – suponiendo que así sea – es una especie de hemorragia afectiva que desmoraliza en vez de sanar. De pronto paró en seco su exquisito monólogo

Nos miramos¸El Aludido Caballero estaba en medio de esa nostalgia, recreando un mundo de fantasías entre la bruma y la arena del tiempo, fantaseando con nuestras viejas, nostalgicamente enfaldizado; cuando se escuchó en seco un bofetón. Nos acercamos todos, y con toda caballerosidad, le dijimos, compadre con esa cara de lacho o se consigue una guitarra o se va a cantarle a su abuela, porque aquí no se admiten huevones lachos. Nos cagamos de la risa y las viejas también. El patudo se rió y no se dio por aludido, mientras se sobaba el caracho.
¡Las patitas!

© Monsieur James

DE DELANTAL BLANCO


El quirófano está listo
la enferma es un poeta
está lívida al encuentro
de su, quizás, último poema.

Desnuda en su dignidad
allí sola y desconocida
necesita solo una pluma
quien sabe pa’su epitafio.

Los ángeles se reúnen
en círculo al gran altar
y parecen en el mar
sirenas de blanca espuma.

Viene el sueño cerebral
desconectándola ya del mundo
desconoce ella lo inmundo
que ha debido defecar.

La metáfora es de hiel
el Doctor es Santo padre
que por fuerza en su labor
suda el juramento de Hipocrates
en la sala de operación.

Las horas han pasado
el organismo se estabiliza
la alegría de los que esperan
superan nerviosa risa.

La esperanza crece fuerte
el llanto se vuelve emoción
han rescatado a un poeta
de la muerte y de un adiós.

Vuelve el verso ya de gala
vuela paloma de amor
el velero levanta el ancla
ya navega por el sol.

CON GUSTO A ZAMBA


Espero
No te turbe mi cantar
si en tus tardes yo busco una sonrisa
en la fragancia dulce de una flor
que se asemeja
a tu mirada y tus caricias.


Salgo tras tus pasos por la luna a caminar
buscando con mi voz, tu andar.

Busco la luz
de tu niñez
mi corazón vuelve a cantar
luego de llorar
salgo a caminar
por la fragancia de tu amor;
y andar.


Luna que reflejas claridad
enséñame sus pasos por la eterna vida
tú que tienes sueños de cristal
y que enterneces la tinta de mi pluma

Dile
que la he visto por las noches caminar
princesa de la noche y va.

Busco la luz
de su niñez
mi corazón volvió a cantar
luego de llorar suelto el caminar
por la fragancia de su amor y andar.

© Monsieur James

jueves, 13 de septiembre de 2007

CARTA DE AMOR Y POEMAS 1



Ernestina,

Iré a buscar mil palabras
A un jardín delicioso
Y con un beso nervioso
Las acercaré a tu boca.

Mi esquela encontró buzón
Mi verso es regocijo
Mi tinta hoja emoción
Que en distancias cobijo.

Melodía eres
Eres concierto
Si mi alma estaba herida
Hoy es menos cierto.

El errante que aprisiona
En sus flautas tu querer
Nunca podrá vencer
El amor de mi guitarra

No sería digno de tu historia,
si te dejara a ese bandido
sin mas lucha que un olvido
o un olvido en mi memoria
Chicuela de mis olivos.

© Monsieur James

CAMINO DE PIEDRAS - FINAL 1



CAMINO DE PIEDRAS

Lilia Morales y Mori

Esta historia ocurrió en un olvidado lugar, donde el arco iris solía posarse en los campos de trigo, en los tiempos lluviosos del otoño. Como todos los días, el viejo Járkov, algunos campesinos y su bella hija labraban los campos de cereal. En los últimos años las cosechas habían sido diezmadas por terribles sequías, plagas e inundaciones y la familia de Járkov se había endeudado considerablemente con el rey de la comarca. Piotr Ivano, un soberano cruel y senil solicitó la presencia de Járkov y su bella hija en los jardines de su reino, para llegar a un justo acuerdo con el que se pudiera saldar la fatigosa deuda de una vez por todas. -Járkov –dijo el rey- Tu deuda asciende a cifras exorbitantes y harían falta diez años de benéficas cosechas para que pudieras pagarme. -Lo sé amo, pero las inclemencias del tiempo y los estragos de las plagas me persiguen sin tregua. -Me da pena tu mala suerte y para que veas que soy sincero quiero proponerte un buen arreglo. El campesino abrió los ojos y puso toda su atención en lo que iba a decir el rey. -¿Ves este camino tapizado de piedras blancas y piedras negras? –Pregunto con tono solemne el soberano. Járkov asintió con la cabeza mientras su hija veía con tristeza las manos temblorosas de su padre. -Bien, tomaré una piedra blanca y una piedra negra, ambas las depositaré en este saquito y tu hermosa hija con los ojos vendados sacará una. Si la piedra que ella saque es blanca, toda tu deuda quedará saldada y tu serás el único dueño de las tierras que cultivas. Después de escuchar estas palabras Járkov y su hija se tomaron de la mano y se vieron fijamente a los ojos dedicándose una amplia sonrisa. -Pero si tu hija –continuó el rey- Saca una piedra negra, deberá casarse de inmediato conmigo y tu deuda por supuesto quedará saldada además de convertirte en el único propietario de tus tierras de labranza. Al escuchar la segunda parte del sorpresivo convenio del rey, Mireya soltó la mano de su padre dejando escapar un suspiro que le recordó a Fiodor quien era además de su amado, su prometido. -Como ves, mi trato es justo y benévolo contigo –dijo el rey satisfecho de su gran generosidad. En ese momento el monarca frente a su numerosa comitiva avanzó unos pasos por el camino cubierto de piedrecillas, Mireya no le apartaba la vista y vio horrorizada como el rey tomaba dos piedras negras y con gran desenfado y sin escrúpulos las colocaba dentro del saquito. -Ahora deberás sacar una piedra –le dijo el monarca a la joven acercándole el talego mientras una doncella le vendaba los ojos. Mireya en un impulso de rabia incontenible estuvo a punto de poner en evidencia al rey, pero en ese momento sintió el saquito entre sus manos y no le quedó más remedio que sacar una piedra.

FINAL 1

Jaime Alfonso

Fiodor, se dijo entre sí Mireya, perdóname por lo que voy hacer, pero es una disyuntiva a la que el destino me ha convocado, espero que el mismo destino sepa darme las fuerzas para resistir. Al momento de someterse a la farsa monárquica, la invadió una enorme serenidad, que. inesperadamente, la hizo temblar, provocando al mismo tiempo que la piedra fuera a dar al suelo y perderse entre la multitud de la otras piedrecillas. El Monarca no perdió, la calma y con un vozarrón de todos los demonios, le preguntó: — ¿De qué color es la piedra que sacaste? queriendo amedrentarla — Blanca, dijo en un susurro de contenida emoción, abrazándose a su padre y conservando para sí el talego, blanca, blanca repitió esta vez para que todos pudieran escucharla. — ¡Eso es imposible! quiso replicar el monarca, pero se atragantó con su propia vergüenza. — Sin embargo, y en frente de la infinita justicia, ordenó, esta vez sin la más mínima de las vergüenzas: Mireya muestra la otra piedra, para que el pueblo conozca de mi generosidad y puedas probar delante de todos que no mientes. (pensaba en su realeza interior, que Mireya, otra vez, podría escapar la piedrecilla y anular de esa forma la prueba, por otra más segura). — Mireya, comprendió la importancia del momento y acercándole el talego al monarca, le dijo con voz entera: Tenéis alteza, probad vos mismo, ante todos, vuestra noble generosidad. — Las palabras de Mireya, provocaron el ego monárquico y presintiendo la ovación popular, éste, introduciendo su noble mano al saquito, mostró, con enorme orgullo, la segunda piedrecilla de color negro, que había contenido el talego.


© Monsieur James

AVENTURAS DE NIÑO


Y cogeré de los lirios
la fragancia infinita
y la pondré a tus pies
como un principio de vida.





En tiempos de mi infancia, recorrí miles de pueblos.

Conocí cerros que subí a grandes pasos y de los que miserablemente descendía a cuatro patas.

Me acerqué a la cima de volcanes y admiré su lava transitar por la tierra.

Unté mis dedos con barro y con la ceniza de un prohibido cigarrillo, me barnizaba las uñas.

Comí sendas tortillas de moras, tierra y barro.

Perseguí monstruos de patas peludas.

Bebí ríos, canales y esteros en los que me ahogaba constantemente.

Anduve en las orillas de precipicios balanceando el alma por los que desabarrancaba a diario.

Caminé el mar a golpe de remos.

Al término de cada aventura, sin embargo, mi cuerpo parecía indemne y mi corazón palpitando, queriendo arrancar del pecho e inventar otra travesura.

Una nueva historia palpitante de aventuras.

Diferente a las del día anterior.

Otra aventura de niño.

© Monsieur James

domingo, 9 de septiembre de 2007

A VECES


A veces presiento
Que nunca te tuve y
Que nada fue cierto.

A veces descubro
Que aunque el cielo es eterno
Que yo ya estoy muerto.

A veces silencio
La triste verdad en mis versos y
La orfandad en que me encuentro.

A veces presiento y
Descubro y
Silencio.

© Monsieur James

A POCO LAPSO DEL COLAPSO APOCALIPSIS


A poco lapso del final
Atónito miro el descalabro
Y sigo con mi sombrero de plumas
Escondiendo mis blancas manos.


Como un desquicio cobarde
Sumido en mi verso a la luna
Y un desconcierto macabro.

A poco lapso
Del colapso
Sin hacer nada.

© Monsieur James

A SALVADOR ALLENDE GOSSENS


Hay un fresco valle que lleva al mar
Linda cordillera que al cielo va
Y entre alcores pinos escalones y sal
Tu cuna fue Valparaíso.

Entre cerros rubios, eterno el mar
Soñando justicia libre en libertad
Marinero eterno valiente y leal
Tu palabra juega hoy con el viento.

Heroico centinela tu revolución
Se incrustó en los Andes de la Nación
Floreciendo
tu sangre araucana

Orígenes de dulce esperanza.

Más llegó septiembre y la traición
Vomitó sus odios mi Salvador
Dejando torrentes la sangre tu pueblo.

Allende metralla de libertad
Se quedó sentado mirando atrás
Y las alamedas soñadas por ti
Se abrirán más temprano que tarde
Y las alamedas soñadas ayer
Abrirán libre paso al mañana.

Centinela digno de cobre y carbón
Tu palabra fue un grito rebelde
Obrero patrio de cobre y carbón
El traidor ya se ha muerto.

Agüita del cerro tu libertad
Renace en torrentes de claridad
Para rescatarte abrazado a tus sueños
De aquel día siniestro
Para rescatarte abrazada a tus sueños
De aquel odio siniestro

Te fuiste Allende con tu libertad
¿Qué senderos nuevos fuiste a dibujar?
Un canto alegre de revolución
Se quedó en nuestra alma
Y te está llamando
Y te vas más allá como héroe
En traje de auroras vestido de mar.

© Monsieur James