Conozco tu dulce rostro,
No reconozco tu triste lágrima.
Eres susurro de viento
Que quiebra el alma.
Eres brisa repentina
Y no entiendo tu llanto.
¿Es posible dulce amiga?
Dulce como todo lo que escribes,
Aunque produzca insomnios.
En tu Vigilia esa lágrima
humedece mi viejo rostro.
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