En el lúgubre silencio de los ruidos
Me encontré un arcángel misterioso
Caminando por las piedras de la noche
Bajo un triste sombrero carcomido.
En el místico lugar ensombrecido
Por la cementada campana de
Umbrío
El llanto muchedumbre allí comienza.
El doble silencio es un plañir latido
De dolientes cementaras de topacios
El velorio es doble, su silencio tenebroso
Del lúgubre aullido del arcángel
Que silencia el murmullo de un palacio.
Mi voz tiene oros y arrastra cristales
Mi pluma lagrimones y pañuelos
Vayan las estrellas del triste estío
Y coronen con mis versos sus desvelos.
En un doble desasosiego, desaparecí.
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viernes, 10 de agosto de 2007
DOBLE SILENCIO Y TENEBROSO
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