entre las sábanas y mi despertar,
me encontré aprisionado a tus delirios;
en la desesperación,
y tus quejidos,
me fui recortando
entre el horizonte
colgando olvidos.
Rápido;
quise huir, entonces,
me sentí cobarde
por no dejarme caer en tus abismos.
Sin embargo, te dejé ahí
olvidada en mi manzana
en mi naranja
o tal vez en mi ventana.
Hoy he vuelto a sentir
el mismo terror y miedo
y he huido de tu sombra,
sin decir palabra.
No me llames,
tengo horror de los espectros,
y mi barco sin timón y sin amarras,
aún dibuja:
espermas salinas,
en tu enagua.
© Monsieur James
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