Un orgasmo está al acecho
Y furiosa está mi boca
Tu epidermis venenosa
Revolcándose en mi lecho
Maduros están tus pechos
Con caricias de poetas.
Un beso se divierte
Entre piernas temblorosas
y un madero que no cabe
En quimérica erección
Parece órgano en devoción
En tu sedienta boca.
Los dedos se recogen
En sábanas de dulce seda
Mientras dos cuerpos se cogen
Temblando un suspiro queda
Flotando en dulce alcoba;
Un espasmo que zozobra
Y un orgasmo que se muere.
Manos enredadas
Entre sábanas de poetas.
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