Cuando lo supe.
Deduje que el hálito se había roto entre suspiros,
Creí que los bosques se nublaban de recelo
Y desvanecía mi vigor amoratado
Precipitando amargo el trastorno,
Cual excitada ballesta de ilusiones apagadas,
Como hondonadas deshechas;
Cuando lo supe....
Si el brío asienta destinos en las manos,
Si la voluntad silencia sobrecogida
De cara al murmullo de las sombras,
Cuando se acumulan los bramidos.
Si no me fié en los genios ni en los témpanos,
¿Por qué acusa el vagido del barranco?
¿Por qué hay histéricas trovas en aullido,
Rechinando como vetustos infiernos
Entre mi congelado arrebato,
Y mi sollozo que no es ruego ni gemido?
¡Ah, la disipada huella que delineó su contorno perdido!
En mis evocaciones veo su chispear
Como algarabías de seductoras ultrajadas.
Prende el garbo de la inquina,
Mientras queman la punzada y el martirio.
Cuando lo supe,
Mis esencias se clavaron como serpientes
Y se obligó la vida en mis pupilas.
Al costado de la memoria, siento un desaliento enorme
En el vacío de la infructuosa vida.
© Monsieur James
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