En el anhelo de mi cuerpo demacrado
Que carcome mis ansias con tus manos
Es el tiempo que corroe mi pasado
Con tu pelo y tus besos tan cercanos.
Y ahí llegas como virgen y tu gracia
A ofrecerme la miel de tu orfandad
Como niña que florece ya en un campo
Sin el sol, sin rocío ni humedad.
Pero ven a mis lugares de esperanza
Pues mis besos te han querido dibujar
Guardando con mis manos el aroma
De tu cielo mis caricias y tu mar.
Y ahí te quedas en mi alma aprisionada
Como el viento que corroe sin cesar
Las delicias de tu cuerpo de princesa
Cuando vienes a mi lado a caminar.
© Monsieur James
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