
Mi niña Andréanne
suavidad etérea
dulcificas mi ancianidad
y es tan dulce mi soledad
solo con tu recuerdo.
Preciso saber de ti
¿dónde estás?
¿qué haces?
¿adónde vas?
confieso —no resisto
esta incertidumbre.
Dame una señal
para que mi soledad
se aferre a tu recuerdo;
Te he querido como él que más
como esa niña que nunca tuve
aunque siempre estás
viviendo en mis inquietudes..
Quiera el Dios del cielo
que no te falte fortuna
que no sufras desamor
no conozcas de amarguras
ni te aflore una sola lágrima.
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