
Fija el rostro al continente de la sombra
Detiene el pensamiento en un callejón de luna
Alza la frente al cuarto menguante:
Purifica su cuerpo de ramera, desnuda.
Con elegante y silenciosa espiritualidad
Se entrega a la oscuridad de los grillos
Para envolverse de apartada soledad
Como un sacrificio, una pasión, un rito.
Es custodia de secretos de alcobas
Ahoga una furtiva y salada lágrima
Renuncia al amor como un despojo
Pues su pasión es pecado y prohibida:
Llamado de hipocresía a renunciar.
Muerde la almohada en secreto
Mañana ha de volver a trabajar
Condición de mujer sin espacios
El destino la ha empujado al pecar.
Fija la mirada en la penumbra
La luna se perfila más allá
Erguidos sus senos columbran
Levanta la mirada con despego
Desnuda, la purifica su humildad.
© Monsieur James
4 comentarios:
Gracias James por una perspectiva diferente.
Cariños
Muy buen poema Monsieur,
saludos
Un mágico rito para purificar su cuerpo y su alma, tan lleno de tantas noches y tantas lunas.
Una la expresión poética muy hermosa, que entrama a la vez una historia muy triste.
BESOS
Me gustó mucho leerlo.
Besos
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