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domingo, 26 de octubre de 2008

ESCUCHA, PLUMA

Búsqueda incesante
Orillas de dudas
Abismo.

Estabas sonriendo.

Mientras desaparecías de mi razón, dejabas el alma suspendida entre las hojas; en el vuelo del ave que parece prolongar ese cielo que se va oscureciendo.
Nubarrones que como goterones implacables, martillan una soledad que se va metiendo en los huesos.
Se avecina la noche, la misma noche, eco de tantos recuerdos vanos.
Toma pluma mi lágrima, yo me cansé de la humedad en un rostro que se hace viejo.
Va toma una hoja y vierte el veneno, que ya no es veneno y conviértelo en la mejor mentira.
Escribe que a cambio de mis lágrimas quiero su felicidad, miente. Cúlpame y blasfema mi forma de amar…
Pero sobre todo, esta vez déjala ir… La verdad no le interesa, sus ojos están mirando las mismas estrellas que refulgen, de seguro más brillantes.
Cuando vuelva, habrás terminado el verso. Déjame un vaso de agua y esa píldora para dormir.
Mañana decidí volver al amor libre y te digo papel y pluma, que nunca más pretendo ser el único ni preferido de ninguna.
Qué quieres… las amo a todas.
No, no pongas ningún copyright, menos me traiciones firmando estas letras que deben quedarse suspendidas en el mismo abismo de hojas y vuelos de pájaros que prolongan inútilmente un cielo que nació infinito.

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