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viernes, 29 de junio de 2007

ANDO DE FIESTA

Mi espíritu anda de fiesta
y yo aquí encadenado
a este cuerpo sin estrellas.

Agobiados están mis huesos
agitados aquí por dentro
y por fuera aprisionados;
y sin embargo
mi espíritu está de fiesta.

Se fijaron, me dejaron la corbata
de burgués entretejida
por los burdos de las finanzas
si parezco un viejo de mierda.

Y yo pienso en mi compadre Ramón
libre como la santa paja
feliz de su condición
de paria entre los parias
alegre su corazón.


Pero ¿qué importa mi cuerpo enfermo?
si mi espíritu liberado
ahora ¡está de fiesta!

La libertad amigos
ja ja ja la LIBERTAD
es un candado.

© Monsieur James

AMOR BRUJO Y GITANO

Musa y Escenografía: Sabela
Lugar: Desierto Africano

_____

Vestida entera de negro
Bajo una luna africana
Su pelo luce azabache
Sabela y linda gitana

Altiva, sus ojos al viento
Danzan sus brazos y manos
Su falda arremolinada
Comienza un baile gitano.

La luna de aquel desierto
Corta en penumbras su talle
Van a perderse en los valles
Las palomas de sus manos

De cielo luce caderas
Al compás de mi guitarra
Mis versos son como luces
Brujos temblores del alma.


Baila gitana española
Mil colores de esperanza
En la noche negra y negra
Con su luna y con tus ansias.

Con tu gracia y tu donaire
Y tu perfume gitano
Llevo mis versos al aire
Al aire también tus manos

Baile de rosas y encaje
Amor brujo y gitano
De tu gracia me despido
Con este beso de hermano.

© Monsieur James

AMANDA, MI AMANDA


A la hora de la luna
M edita triste la noche
A jena va de estrellas
N ovia es si del monte
D elirios de viento
A crecientan su beldad.


M ientras en
I nsomne soledad

A lfombro de sombras
M i impúdico albergue
A rdida de cristales
N avega mi aspereza
D e novia vestida
A manda me espera.

© Monsieur James

AMAME

Ámame, ven a jugar en mi piel
lengua de papel que imagino

Ámame, aja dibujando
cada orilla destinada,
cada línea de mi ocaso
y luego mi boca besas y
con un mórbido abrazo
dejame caer en tus sudarios.

Ámame, y que tus pechos dorados
se enreden en mis labios,
Y tu ansia circular sienta que mi sangre brota,
caricias de coral y amparos.

Ámame, sin miedos a la lujuria
desértate a mi escasa integridad
sed de mujer, también atúrdeme.

Ámame, siente el aliento silente
que emana de mis ardores
abre tus ventanillas
y haz que allí en tu mente
de una vez por todas te bese.

Ámame escondida de ese retrato
Y en mi oído, gime como reina
con tu sonrisa en murmullos
deja besar los capullos
que llevas entre tu piel.


En tus columnas de hembra
deja mis ansias recorrer
hasta el aullido profundo
de mi dulce con tu sed.

© Monsieur James

AGONIA

Pasillos de inquietud
martirizan ya mis versos
las sombras del destino
se me acercan con sus pasos
yo avizoro en mis vergüenzas
las sonrisas del ocaso.

La tarde parece triste
en mi exilio y mi abandono
la muerte se está vistiendo;
mi voz cambia de tono.

Mi cuerpo pierde sus fuerzas
mi catre brilla en sus bronces
la noche vence la tarde
el reloj marca las once.

La soledad invade el cuarto;
y entre cirios desmesurados
mi alma lucha por liberarse.


Mi pluma seca yace en el suelo
mi cuerpo débil es ya un cadáver;
mi alma ya se confunde
con el diablo y sus infantes.

© Monsieur James

ABUSIVO


Simulacro es, apariencia tiene.
Os juro ¡nada excepcional¡
Apremiara ser culta sembradura
por labrantíos de idílica gavina.

Aquel que traza orientes rimas, no es el mortal,
florecen espacios a corcel que envejece.
Así es que ancestral estrofa emblanquece
por la voz del bardo; ¡no, no os sorprenda!

Poco rústico, es limadura colindante
y no mantillo de linaje exuberante
sobre el triángulo inexistente,
de un compendio que anochece.

Aquel que traza orientes rimas, no es el emético,
ventura colme al que reflexiones enriquece;
péndola al céfiro en el piélago que la brisa teje
encima del colosal azur, su renegado nombre.

Y tiende hombre desconocido, ajena mano,
para recibir entelequia que del sueño prive,
veinte y tantos poetas que el verso alumbre.

Abusivo es, de apariencia un tanto delictiva.
Pareciera y solo pareciera valiente sembradío,
caminando por anegado semental,
el lodo tapizando al ABUSIVO

© Monsieur James

jueves, 28 de junio de 2007

A TI, POETA


Transportas sentidos
en mentiras melodiosas
los viajes del tiempo
disfrazan tu vida
inventas pasiones
sabes que no miento
aunque afirmes seductor
que me amas, por Dios
con tu voz y el silencio

Dulce mientes
como aspas al viento
y juegas con todas;
y tus sentimientos
son truenos de nueces
pasión y argumentos.

Tus mentiras risueñas
son versos,
sabores de almíbar
desfiles cerezos.
la espina que clavas
deleita mis besos
y se que es mentira
tu piel y tus huesos.

Melodías regalas
a mares traviesos
y hasta el cielo le mientes.
¡Fiero Amante!...Poeta de viento

Y dejas que tu vida
alegre se escape
en cajón de alabastro.
y lágrimas mate;
Cazador de Canastos
tu amor ya me parte.

Es tu versar
amigo y siniestro
las espinas se quedan
bailando tu viento
y vos te despides
con risa de niño
y dejas llorando
de ausencia mi aliento.

Es tu lamido
amor e inconsciencia
tatuaje cautivo
dolor e insolencia.
Poeta de mi alma
vulnerable a tu aullido
yo soy la esmeralda
que perdió el sentido.

Ya no lloro, si se que te has ido
tengo versos suficientes
que para ti ya son olvido.

Tú me haces recordar.
que versas como fuego
y en la estrofa de papel
se consume un sosiego.

Poeta mis respetos
por tus dulces mentiras
y por la dulce esperanza
que has dejado en mis sueños.

© Monsieur James

ABORTO

Llevo en la raíz del canto
tu desnuda voz que,
gime tras las sombras y
humedece los vértices opacos
de mis ojos desmesurados;



muerde sin cese
mi carne maldita,
mi inútil arrepentir.



La noche
me carga sus candados;
una vida vaga
en núbil cuerpo,
mi horrible
brutalidad.

© Monsieur James

LEYENDO A LORCA


Los favores de tu ternura,
Te posean en mi amparo
Y más exuberante se teje,
Único, tu traje albo.

Cuando aun no eras hombre
Y vivías en mi vientre,
tus pies ya taconeaban,
Dulces botines silentes.

Tus fanales dos estrellas,
la Diana vil espejo
Tu mirada el reflejo,
Que no se apaga


Los favores de mi ternura,
te están cosiendo una toga
con flecos de primavera
y con chales de lluvia.

Cuando fuiste mi prometido,
por la floración clara,
los morriones mi potrillo
cuatro suspiros de plata.

El cristal es un charco escaso,
las lisonjas ya no importan,
Lo que importan son tus trinos,
Desde que arrullan el alma.

Lo que importan son tus trinos,
Desde que arrullan el alma.

© Monsieur James

LAS MANOS DEL PECADO (1954)



Señor vengo a confesar
que la mirada de una chica
me hace suspirar;

probablemente una maldad
cuando advierto en su sonrisa
un deseo incomprendido
que mi madre de un seco grito
me deja petrificado
¡NO TE ATREVAS A PECAR!

Es por eso
ante Vos vengo atribulado
con las manos del pecado
a recibir mi castigo.


© Monsieur James



VOLANTIN (1951)


Papelito de seda

que al cielo me llevas

dile a mi abuela

que entre tus colores

yo quiero volar:

papeles.

© Monsieur James

AMSTERDAM INFIEL



Préstame tu noche, Amsterdam

para blasfemar

para fornicar
para defecar.



Traigo maldito el llanto

quiero orinar:
en tus veredas
en tus puertas
en tus calles.


Si, si..... no me preguntes más

¡BASTA!

© Monsieur James

domingo, 24 de junio de 2007

SOY



Soy un verso solitario
Que camina tu silencio
Soy un beso cuando pienso
En lo sensual de tu boca
Soy el extraño que no toca
De las flores su botón
Soy sigilo del corazón
En la calle de las rosas.

Soy el rocío que humedece
Las penas del cualquier día
Soy el náufrago dolor
De las orillas de un lago
Soy el gesto o el amago
Que perfora tu dolor.

Soy del cielo su color
Y del pajarillo su vuelo
En la playa el pescador
Que atisba la tormenta.
Soy la sal y la pimienta
Del viajero ruiseñor.

Voy al ritmo de tu andar
Consolando mis tristezas
Y en tu alegre caminar
Soy el el tiempo que quebranta
El aroma de tu azahar
Soy el hombre que en tu pelo
Te deja un beso de amor
Adornado por mis celos.

Soy la montaña y el valle
Soy orgullo y humildad
Soy la eterna soledad
De la cima de tus cerros
Soy el perro aventurero
que vagabundea tus calles.

Soy el viento carnicero
Que destroza con dolor
El misterio del amor
De mi vuelo de gorrión
Con mi alma de poeta.

© Monsieur James

ALMOHADAS



Carboncillos de fría noche
Calientan mi soledad
La luz ya se ha escondido
Avenidas de oscuridad.


Me acostumbré a estar solo
Lejos de tu intimidad
Acariciando tu recuerdo
En almohadas de soledad.

Y un día más en mi espera
Vendrá otra con humildad
A recorrer mis veredas.

Si mi amor no desespera
Almohadas de claridad.

Carboncillos de la noche
Encienden sensualidad
La luz ha vuelto amigos
Ha muerto la oscuridad.

Almohadas se llevó el viento
Almohadas de mi orfandad
La delicia de tu cuerpo
Es mi almohada, nada más.

© Monsieur James

PERSIGUIENDO A FREYA



Quiero embriagarme de aventuras
Alojando en la orilla de tus cuentos
En que un dulce licor de uva y vientos
Empuje a la deriva mi sufrir
Escuchándote contra el espejo decir
¿Cómo se mide poeta, el amor?


Mido el amor con el sufrir
Paseando mi corazón en tus aventuras
Siendo el ladrón de la lluvia y del viento
Queriendo jugar con tu germinal amor
En el extremo opuesto de tus cuentos
Con mis besos, mis versos y un decir.

Mostrarte con mil besos el amor
En noches de mil y una aventuras
Olvidando que para ello debo sufrir
Leyendo el último de tus cuentos
Oyéndote en tu silencio decir
Que el amor también se lo roba el viento.

Quiero beber de tu licor
Alojando en mi canasto el desamor
En noches tiznadas por el frío
Empuje titán de mi dolor
Escuchándote sin medida preguntar
¿Cómo se mide poeta, el vino?

© Monsieur James

ARQUILLA DE ABENUZ


En una arquilla de abenuz,
Tapizada de fina felpa
De oro y sedas cubierta,
Con encajes de hilo y luz
Regada de flores y capullos
Perfumada con mi orgullo
De que seas mi tesoro

Recibe en tu universo
Este cofre con mis versos
Una lágrima por tu ausencia
Y Sollozos de amor por ti.

El único sentimiento
Fue el deseo y la pasión
Y ese beso perverso
Que un día te alejó.

Sin embargo en mi mundo
Tu sonrisa fue hasta mí
Labrantío de ilusión
Arranque del corazón
Que te convirtió en mujer
Y no supiste comprender
La lujuria y el placer
De ese beso de amor.

Eras niña ya lo se
Y la osadía de tenerte
Acariciando tu vientre
Siendo virgen inocente
Mi concupiscencia te perdió.

Lleva esta lágrima mía
Como la última alegría
Que la vida me brindó.

© Monsieur James

A VALERIA



Cautivo, inmerso en un delirio
Silencio mis tormentos
Y me enojo
Sumido en mis despojos
Lamento.



En la incertidumbre de mis desvelos
Pienso
Que aún siendo princesa
Te quiero.

Voy prisionero del amor
Y de mis antojos
Y desierto sediento
De tus besos.

Eres flor que en tu desprecio
Seduce la médula
De mis huesos.

Valeria de mis cuentos
Libélula en mi dolor
Déjame en mis intentos:
Valiente
Amante

© Monsieur James

A OLVIDAR MIS PENAS



Niña de mi campo
carita de luna
deleitas los cerros
con toda dulzura.


Tus pies señoriales
acarician la arena
la orilla del río
y la blanca azucena.

Tus pechos de lluvia
con flores silvestres
son novias del agua
de paisajes celestes.

Yo sigo tu paso
tranquilo mi niña
y llevo en mi ocaso
el sabor de tus viñas.

Camina mi cielo
senderos de plata
de uvas maduras
y valles de albacas.

Carita de luna
mi blanca azucena
contigo se han ido
al Diablo mis penas.

© Monsieur James

sábado, 23 de junio de 2007

BAGDAD


A orillas del río Tigris
capital del califato
se yergue Bagdad la bella
entre nobles Emiratos.

En su cuna de milenios
y entre el sol de sus desiertos
nació el arte y la cultura
matemáticos y alfabetos.

Desde el piramidal Egipto
hasta las Indias de Alá
hay un camino de historia
que nos enseña a Bagdad.

Entre velos y turbantes
y entre joyas y rubí
desde Egipto el Sinaí
van mil reyes elegantes
arbolando con honor
tu magnífico esplendor
en sedosos estandartes.

En tu desierto tan bello
Con oasis en mil fuegos
Alazanes en la arena
En hileras de camellos

Con tu cielo iluminado
por el hijo del Dios profundo
las estrellas en concierto
En un coro de silencios
van cantado por el mundo.

OH, Bagdad ciudad de Dios
De tus cumbres astrales
Veo pasar la inmensa luz
En desiertos de cristal
De cuarzos y arenales.

© Monsieur James

ANOCHECE


Epílogos de sombras
Circundan los pastos
La noche se acuesta
De un sueño alabastro.

Silencian los trinos
Se callan los pájaros.

La espada del aire
Atraviesa los campos
La lluvia traviesa
Moja los astros.

El cielo se alumbra
De viejos cristales
La nubes semejan
Las marchas nupciales
Los ecos murmullan
Secretos cabales.

Un sendero de pronto
Se agita y se apaga
Detengo mi paso
Silencia la nada
Tu nombre aparece
Al este del alma.

Y cierro mis ojos
Y abro mis alas
Y emprendo el regreso
Por cielo de hadas.

Tu ritmo es mi prisa
Tu beso mi aliento
Y el viento que es brisa
De cantos del agua
Desnuda mi espada
Y endulza mi llanto.

© Monsieur James

ALA NEGRAS


¿Cómo pudiste maldita
Hacerle daño a este amor
Con esa inaudita mentira
Que recreaba tu voz?



No pensaste que la mar
Te arrojaría a la roca
Alas negras de mariposa
Con que intentabas jugar.

¿Cuánto pensabas volar
Con ese burdo disfraz?
¡Mariposa de Alcatraz!
¿Cómo pudiste maldita?

© Monsieur James

ABORTO DE PAPEL



Triste sueño forjado
Antología de algodón
Agudos circunloquios
Portada celeste cartón.

Onírico naufragio
De vanguardistas letras
Páginas bandoleras
Mate amargo y cimarrón.

En moneda constante
Metálica Sociedad
Intriga de metales
Sonante suciedad.

Crío que no nace
Estafa parece ser
A años del deber
Villano desaparece.

Sin que falte el querer
Orgías desastre
Milagro que no llega:
Aborto de papel.

© Monsieur James

LA VIDA SE ESCAPA


Sedienta mi carne empuja
la luz de candelabros viejos
que en melodiosos arpegios
va dejando el alma muda.

La oscuridad ya se acerca
a mis ojos de papel
y en el cristal de mi caja
la muerte se deja ver.

En mi último transitar
por este valle furtivo
se irá perdiendo en latidos
como se pierde en el mar
el quejido de las olas
en aullidos de coral.

Entonces mi última mirada
que dibuje en el cristal
será un lamento animal
cuando me cierren la caja.

© Monsieur James

DISTANCIA



Tengo pena
De saberte por allá…
Tan lejos.

No es posible
Que te busque en mis intentos.,
No, no es posible.
Sabes
Porque esta distancia enorme,
Es la dueña lastimera
De tu recuerdo,

Entonces,
Quiero verte,
Y aunque sea,
Escondido para siempre,
De tus sueños.

© Monsieur James

AMOR CON FALTAS DE ORTOGRAFIA



En la hinperfeksión dela horuga
Ses conden colores bibos
Haroma komo en los liryos
Y halas para Bolar.

Y Bolar podrán mis zueños
Ah ezos zagrados cecretos
En el ke tu amor es un reto
Delque kero ser su dueño.

Hasí:
Me enkontraré en tu morhada
Con una hesquela y una flor
Aprezurando al corasón
Por conoserte mi hamada.

Ella es una maripoza halada
De ternura y de vondad
Yo soy un mendrugo de pan
Que en su voca se consume
Y mi corasón lo alumvre
Su noble vellesa y el mar.

Halas de maripoza
Otrora,
de la horuga hinprefeksión
Deja bolar mis zueños
Al limíte de tu corasón.

© Monsieur James

ACERCATE A MI BOCA



Antes de partir
¡Acércate a mi boca!
dame un beso
¡te lo ordeno amor!

¿Qué importa
si es de piedra?
si aún prefieres
dame un beso de mierda;
amor mío
si en definitiva
yo quiero saber
que se siente de por vida:
o matas mi querer
o acaso limpia mis heridas.

© Monsieur James

A VER SI PUEDES



Con la velocidad del viento.

Mátame el amor
Con un dardo de nieve
A ver si puedes
Ahorrarle al corazón
Lágrimas que no merece.

Es cierto que mi cuerpo
No hace más que desearte
Pero no es mi cuerpo
Al que menester era enamorarse;
Si no a mi corazón.

Entonces dame la solución
A este mi desaliento
Mátame el amor
Deja vivo mi cuerpo
Con tu frío glacial
O con un dardo de nieve
Agrégale .
La velocidad del viento

A ver si puedes

© Monsieur James

viernes, 22 de junio de 2007

RETRATO DE UN CANALLA



Quise huir despavorido. Sentí que la imagen de un canalla horadaba mis sentimientos. Amaba a Toña, pero estabas tú con esos grandes ojos verdes, esas mechas casi desgreñadas de una sensual rebeldía que parecían apurar en mí, una tormenta de pasión inevitable.

Sabías de mi amor por Ernestina, sin embargo adoraba tu complicidad con la que te deleitabas en mis enredos.

Ese día del paseo anual, cuando supe que Toña no sería de la partida, quise huir despavorido, sin embargo me fui quedando hechizado por tus ojos, por la ternura de tu tácita invitación y por esa exquisita sensación preconizada en tus labios.

Te sentí alegre en tus exquisitos trapos femeninos, erguido el busto y con tus ojos te vi orillar una secreta malicia. Reímos al mismo tiempo. Me quedé y en medio de una risa nueva y una pasión en espera, te tomé las manos sin más, partimos hacia el mar envuelto en una multitud de fantasías.

Toña no se despegó de mí hasta el momento de subir al autobús. Cuídamelo te dijo con la confianza de su inocencia, sin comprender en tu mirada tu irónica sonrisa y ése no te preocupes, no lo dejaré un segundo sin estricta vigilancia que proferiste en momentos de la partida. Debo confesar que yo, con mi brutal cinismo de canalla, estaba avalando nuestras pasionales fechorías.

En el paseo, nuestra brutal pasión desbordó todos los límites y la cercanía del mar, parecía encender hogueras. La salinidad del lugar, el extraño calor y una cierta promiscuidad diaria, dio pábulo a tórridas invenciones. Volvimos con una felicidad, otra que del amor. Volvimos satisfechos de ansiedad, de cuerpo, de besos impregnados y de olores desconocidos...

Al bajar del autobús que nos llevó de regreso, percibí la silueta ansiosa de Ernestina que me buscaba de sus ojos de niña. En ese momento, volví a sentir esa imagen de caballa y quise arrancar, huir despavorido a esconder mi cara en las sombras de mi pecado, sin embargo me fui quedando y salté a sus brazos con un llanto purificador.

Tú le sonreíste alegre al tiempo que le decías misión cumplida, se ha portado a la altura de tu amor y desapareciste dejándome abandonado en mis propios enredos.

© Monsieur James

TRAVESURAS DE NIÑOS



De las travesuras de niños, a decir verdad, recuerdo algunas bastante sabrosas y también otras menos sabrosas, que llegaron a convertirse en verdaderos dramas.

Yo viví por veinte años en el mismo barrio, como la mayoría de mis amigos. Ese simple hecho, permitía entre nosotros y el vecindario una exquisita familiaridad.

En los veranos siempre estuvimos juntos jugando las sendas pichangas. Estas eran casi religión entre los muchachos y un martirio para los vidrios de las ventanas de las casas.

Ese hermoso afán pelotero, de pronto se veía interrumpido por las vacaciones de los lindos.
(Lindos les llamábamos a aquellos que podían pagarse el lujo de partir de viaje en esos días de calor, ya sea al campo o a la playa). La frustración se instalaba en aquellos (nosotros) que por falta de medios, o simplemente porque las fechas de vacaciones de papá, no coincidían.

Ver interrumpidas esas pichangas, era una verdadera catástrofe. La bronca se instalaba y las víctimas de los vituperios, eran nuestros queridos amigos. Antes de partir, se operaba todo un movimiento solidario entre la gente adulta. El veraneante, generalmente dejaría encargada su casa y consecuente con la tradición la infaltable llave, en caso de alguna urgencia.

Ese día martes, efectivamente partían de viaje los Terán, los Escobar y los Medel.


— ¡Eh! muchachos, se me está ocurriendo una idea siniestra.
— A ver, a ver, suelta la pepa. ¿ De qué se trata, “tu siniestra idea”
— Mañana viene don Pepe a limpiar el desgrasador* de la cocina, ¿qué tal?
— ¿qué tal, que? suéltala.
— que tal si guardamos un poco de esa inmundicia y se la instalamos debajo del catre al chico Nelson (Terán)
— Estay más tonto gil, esa cochiná es más hedionda que la caca…
— ¿Y? no te hagay el fruncío ahora pos “Julio-Patricio” remedando a los hijitos de papá.
— Una larga carcajada siguió al diálogo.
— La idea es siniestra, agregó el Nano, pero es güena….
— Pero, al que se le salga algo, le “sacamos la cresta”* entre todos.
— Convenido… convenido.


En un tarro de cocoa, (chico) mientras Don Pepe limpiaba el desgrasador de la cocina, Carlitos juntaba un poco de esa inmundicia, con la precaución de ponerle la debita tapita.
La idea entonces era entrar en la casa, dirigirse al dormitorio del chico Nelson y estando debajo del catre, destapar el tarrito y hacerse humo.
Todo se haría a una hora determinada y usando la casa vecina. Todas las precauciones fueron tomadas. Conseguir la llave fue tarea fácil y así encaramados a la muralla de ladrillos que separaban las dos casas, dos de nosotros nos colamos al patio de los Terán, mientras tres quedaron a la expectativa de los acontecimientos. (Cagados de la risa, por supuesto; nosotros de la risa y de nervios).

Una vez en el patio, nos percatamos que era imposible entrar por las puertas interiores. El problema consistía en el hecho de que la llave, era el de la puerta principal, la que da a la calle. Salir, calculamos que era juego de niños. Nos dirigimos entonces a la puerta principal, ya con un susto mayor. Para agregarle al tormento, la reja que separaba el patio interior del jardín exterior de la casa, estaba con candado. No nos quedaba más remedio que batir en retirada y repensar la manera de llevar a cabo la siniestra idea.

La única alternativa posible, era: primero esperar que oscurezca un poco, y atravesar al otro lado por la porción que también da a la calle. Bastante más arriesgado como estrategia. Sin embargo, presentimos que era una operación que debía, a cualquier precio, ser resuelta.

De vuelta al otro lado de la muralla, en casa del Nano, decidimos que el riesgo era demasiado grande. De pronto una mamá podía echar de menos a uno de sus hijitos a esas horas tardías y salir a gritar desesperada por la calle ¡Jaimeeeeee! ¡Carlooooooos!

Luego de una pequeña reunión y una discusión estratégica, convenimos que debíamos hacerlo en las primeras horas de la mañana del día siguiente.

Como comprenderán, tampoco era tarea fácil levantarse temprano y salir tan campante a la calle. Los papás, generalmente comenzaban su jornada de trabajo a las 8:00 hrs de la mañana, por lo tanto el jaleo diario en casa empezaba tipo 6:30 hrs.

Pero, las dificultades le ponían picante a la situación. Entonces a las 6:45 hrs. del día siguiente estuvimos en la calle. Nos dimos, como máximo, media hora para perpetrar la siniestra cochinada. Nos reímos, ahí estábamos los cinco reunidos, otra vez, frente a la maldad, a la grotesca maldad.

La temprana hora parecía prestarse a maravillas para el plan, en la calle solo nosotros y el tarrito ¡PUAJ! Rápidamente nos subimos a la pandereta y de un salto estuvimos del lado de la puerta principal. Con el salto, la tapa del susodicho tarrito fue a dar entremedio de las plantas y un chorrito del letal líquido fue a dar en las piernas (usábamos pantalones cortos) y parte del calcetín. No podíamos detenernos en buscar la famosa tapita, así que decidimos irnos directamente a la puerta principal. Conteniendo la respiración, entre parados y o agachados, introdujimos delicadamente la llave en la cerradura, giramos con delicadeza y nos percatamos que la puerta estaba abierta. La emoción estaba en su paroxismo, estábamos, decididamente violando la intimidad de un hogar. Eso lo agregó ahora, ya que nos dimos cuenta del verdadero vandalismo, mucho tiempo después. Ahora era necesario abrir lo menos posible la puerta e introducirnos en la oscuridad, puesto que todas las ventanas estaban cerradas con la necesidad que lo permite las circunstancias de seguridad.

Definitivamente, nos encontramos al interior. No debíamos dejar huellas ni indicios, total la broma era para el chico Nelson y nadie más. Pero el tarrito olía a caca fresca. ¡PUAJ! Al interior, nos deslizamos con extrema rapidez al dormitorio del victimado. Una vez al interior, cerramos con precaución la puerta que comunicaba con el dormitorio de su hermano Lucho, y procedimos a instalar debajo del catre el tarrito de perfume. Cagados de la risa, no sentimos los sutiles silbidos de nuestros comparsas, que se habían quedado al exterior. Ellos habían visto uno de los familiares, doblar la esquina y dirigirse muy naturalmente a la casa. Ignaros de lo que sucedía, nos aprestábamos a dejar el dormitorio por la puerta que daba al patio. Al momento de encaramarnos a la muralla de ladrillos, pensamos que era muy peligroso, dejar la puerta del dormitorio abierta y decidimos regresar sobre nuestros pasos. A todo esto afuera, nuestros amigos ya habían dejado la silbatina, por temor a despertar sospechas.

Es más ellos volvieron a sus hogares y se olvidaron del asunto.

Reabrimos la puerta del dormitorio, y ¡Puaj! que olor a mierda, por la grandísima p….
Nos dijimos que estábamos obligados a revenir por el mismo lugar que habíamos ingresado a la casa, es decir la puerta principal. A todo esto, el Tío Humberto Terán, llegaba ya a la puerta de la reja y se aprestaba a abrirla, al mismo tiempo que nosotros en sentido inverso, volvíamos a la puerta de entrada.

Próximos a la puerta principal, sentimos ruido en la cerradura. Pánico total. Paralogizados y más pálidos que muñeca de loza, corrimos nuevamente a la pieza del chico, que hasta ese momento nos estaba pareciendo el fantasma más infeliz del mundo. Volvimos sobre nuestros pasos y nos escondimos en el dormitorio de nuestro querido amigo. Casi vomitamos, el olor era insoportable. No había manera de abrir ni una miserable ventana, la única que nos quedó, fue entreabrir la puerta que daba al patio. Y desde allí, observar. Mientras espiábamos los movimientos del Tío, decidimos que lo mejor era recoger de debajo de la cama el tarrito, hacernos tripas corazón y taparlo con nuestras propias manos y tratar de aguantar, hasta que el tío, terminara sus quehaceres, y rogando que en casa nadie nos echara de menos.

El deseo de vomitar, agregado al nerviosismo de la situación, hacia las cosas realmente difíciles. Para colmo de colmos, uno de nuestros amigos, se le ocurre la bendita idea de llamarnos por teléfono a la casa. El ring hizo saltar otra vez el tarrito de las manos y otro chorrito del pestilente líquido, fue a manchar mi blusa, El maldito teléfono estaba en el living, y era suicidarse intentar de contestar. La situación se hizo insostenible, cuando vimos dirigirse al interior de la casa, al susodicho tío Humberto. El hombrón entró por el Living y afortunadamente el teléfono dejó de sonar. Desde el dormitorio, sentimos los pasos de Humberto y le escuchamos clarito, quejarse del olor.

No lo pensamos dos veces, y salimos al patio, con el tarrito entre cerrado por nuestras manos y abierto por lo insoportable de la situación. En algún momento, no dieron ganas de contarle la firme al famoso Tío. Pero por la mierda, que terrible fracaso para la moral.

Una vez al exterior, la situación se compuso puesto que la pestilencia ya no era del todo dañina para nuestros aún jóvenes sentidos del olor. Ahí nos quedamos, mirando con toda la incredulidad de nuestra aventura, como el tío procedía a abrir todas las puertas y ventanas que le fue dado.

En casa, ya empezaron a preocuparse, naturalmente primero por mi levantada temprana y mi aparente desaparición. Afortunadamente, mi mamá no podía ponerse a gritar en la calle, por la hora y porque habría hecho el loco. Además no se atrevía a incomodar a papá antes que saliera a trabajar.

Mientras, nosotros seguíamos uno a uno los pasos del tío. Viejo y la que ……… Nos calentaba la mierda, el que el viejo infame anduviera de un lado para otro. Entremedio de los arbustos, encontramos un papel y en los bolsillos el infaltable elástico. Eso nos permitió, por fin tapar debidamente el tarrito de pestilencias. El Tío, luego de barrer bien las baldosas de la terraza, lo vimos, con horrenda sorpresa, que preparaba la manguera para regar …. ¡Ijole y quién lo parió! ¿Estábamos preparados para recibir, sin chistar, una regada y no proferir ninguna mala palabra? ¿Lo dejaríamos hacer, sin inventar una salida como Dios manda? La situación no era de lo más cómoda.

Había que pensar rápido y bien una estrategia. El tarrito y la pestilencia, nuestra única arma. Tío Humberto abrió el grifo y empezó a regar muy cerca de nosotros. Ya nos aprontábamos a recibir los manguerazos, resignados a nuestra maldita suerte, cuando por milagro, sentimos que mamá, llamaba de la puerta a Humbertito. El viejo e mierda parecía no escucharla, pero mi madre sacó su vozarroncito, preocupada de su niño y cuando ya se aprestaba a comenzar su regadera, dejo la manguera y fue a atender a mi madre.

Nos miramos, y decidimos entrar de nuevo por la puerta del dormitorio del Chico, una vez al interior decidimos que habíamos pasado muchos sustos para no salirnos con la nuestra, entonces como pensamos arrancar por la puerta principal, mientras el tío regaba y seguro que seguiría regando, una vez terminara con mi madre. Entonces le sacamos el elástico al tarrito y lo tiramos debajo de la cama. Del interior nos dirigimos rápidamente a la puerta principal, De ahí controlamos la situación, puesto que escuchábamos la charla entre mamá y el tíito aquel. Diez largos minutos tuvimos que esperar, que la conversación terminara. Advertimos con una sonrisa que el tíito tomaba camino del patio para seguir su regadera. A todo esto el olorcito, ya nos llegaba a las narices, allí en la puerta principal.

Putas y mi madre siguió en la calle, mirando para todos lados. Inquieta a rabiar y con la cara colorada. El día no se anunciaba muy prometedor que digamos.

Finalmente se entró, y corrimos a la pandereta. Saltábamos a la casa vecina, aterrizando justo en el momento que la mamá del Nano, la vecina, salía a dejar las basuras a la calle.
Nos acercamos inocentemente, y nos prestamos humanamente a ayudarle en la pesada tarea.

Salimos a la calle junto con ella y de allí corrimos a casa….

© Monsieur James

OJOS VERDES



Mientras buscaba una corbata que acompañara mi vestuario, preparándome para asistir al “malón” del fin de semana, organizado esta vez por los compañeros de trabajo, interrumpió de pronto en mi dormitorio, mi amigo KiKo y me deja caer sin más: —Compadre, estamos invitados a casa de Damasco , quiere celebrarle el cumpleaños a Blanquita, su señora, y como es natural, quiere que no faltemos y agrega con toda naturalidad — total, al malón, por último, podemos llegar más tarde.
Ni a Kiko ni a Damasquito, podía permitirle el lujo de fallarles. Kiko además de considerarlo como mi hermano menor, era el hermano de la chiquilla dueña de todos mis pensamientos. Damasquino, uno de mis mejores y más leales amigos. Sin oponer resistencia, pues donde fuera Kiko, era probable que también asistiera ella, le dije: perfecto compa, nos falta si pensar en un presente, acorde con la situación. No te preocupes, Gloria nos tiene solucionado el problema. Un buen wisky a precio de costo, ¿te parece? además podemos dividirlo entre dos. Agregamos un bouquet de flores dije y dividimos, ¿estás de acuerdo?
Súper idea, pero apurémonos para alcanzar un florista.

Apuré mi vestuario y salimos dispuestos a adquirir los bienes, que mostrarían nuestro cariño por nuestro querido amigo común Damasquino y el afecto por su familia. ¿Quiénes son los otros invitados?, agregué, con la esperanza que ella, formara parte del grupo. Desconozco, en realidad los otros invitados, me dijo sin advertir mi contrariada y pasajera reacción.

Apuramos el paso ya con la bota de wisky y el bouquet en las manos. Tocamos la puerta y casi de inmediato, quedamos incorporados al ambiente festivo. La suegra de Damasco se apoderó del wisky y el bouquet fue a dar a tus manos, dejándome paralizado en esos ojos verdes cristalinos que me miraban detrás de un rubor sorprendido. Imagino ¿son para Blanquita, la festejada? dijiste saliendo del primer asombro. Ya no estoy muy seguro pensé en mis adentros, agregando en un hilo de voz… si exactamente. Blanquita llena de cariño y buen humor, se presentó ante nosotros, miró las flores que dejó en las manos de la chica de los ojos verdes y peleó la propiedad de la botella de wisky con su madre. Su gesto, dejó comprometido mi corazón, esa noche de San Valentín.

Carmencita, donde estés, recibe todo el cariño de ése tu recuerdo, que me hizo olvidar un malón organizado y a ella, la hermana de Kiko ese día del amor.

II

Pasó el tiempo y con ellos el aroma salino de los cerros de Valparaíso. Enredé en mis maletas el verdor de tus ojos, escondí tu nombre en un papel y dejé un beso escondido en el patio de tu casa. La sombra de un parrón y el estrellado cielo fueron cómplices melancólicos de un instante fugaz y sin embargo, tan cierto.

El deber, nos llamaba. Las tareas seguían en el gran Santiago y mis realidades volvían mis ojos a ella, la dueña de mis suspiros. Allí, en el pequeño bus que nos traía de vuelta a la capital, al trabajo, a las alegrías y a los llantos tan nuestros.

Entre el aroma salino de los pinos marinos y los últimos perfumes de los aromos, nos fuimos despidiendo de esas costas doradas de sol y de tus ojitos verdes…


Mientras me iba recuperando de tu hechizo, el roce de las manos de Pilar me despertaron deliciosamente del arrullo de las olas y del encanto del mar. Apoyaste tu cabecita en mi hombro y te permití soñar tu propia historia veraniega.

Éramos amigos, entonces bien pudo ocurrirte una fugaz historia como la mía. Y tenías todo el derecho. Además si la soñabas en mi hombro, le entregaba una sensación de dulce confianza.

Supe que las flores que dejé enredada en sus manos, duraron un poco más de lo normal, le había entregado un cuidado muy especial. En todo caso duraron mucho más que la botella de wisky.

Mientras Pilar dormía plácidamente a mi lado, no había notado la rosa roja que adornaba su pelo, Kiko me miraba y se reía.

La vida siguió su curso, entre sus ojos verdes y mi querida Pilar.

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PD/ Blanquita quiso recuperar sus flores al día siguiente, pero se percató que ya había perdido su propiedad e incluso intuyó que mis intenciones se habían quedado enredadas en las manos de Carmencita.

III

Bueno, ¿qué puedo hacer con estos recuerdos? ojitos verdes. Sino que fundirme en la arena de mis playas calcinadas con mi ausencia. De mis cerros salinos perfumados aún de tu recuerdo. De esa mano que sin decir nada, al rozarme en su despedida, fue un glosario de luces que aún vagan incandescentes por mis novedosas canas.

Ojitos verdes, ¿acaso quisiste ser más que sólo un recuerdo veraniego? O, simplemente, como el hechizo de sólo un beso, ¿vienes adornar, acaso, todos estos recuerdos que florecen en mi alma aquí ya tan lejos en tiempos y distancias?

¡OH! Carmencita, nunca supiste de Pilar, ella sigue hasta hoy siendo únicamente mi amiga. Mi amor fue por mucho tiempo, casi diez años, platónico y nunca perdió su pureza ni su encanto.

Hoy, cuarenta años más tarde, recorro el tiempo, en busca de una caricia antigua. Pero también, como en los sueños, mi alma se viste de faldas multicolores y los nombres se columbran y desfilan como un eco de glorias, de reminiscencias imprecisas en la naturaleza de mi corazón enamorado.

Entonces de pronto te llamo Eliana, pero sin tus ojos verdes te pareces a María Elena, y su beso me emociona, me emociona ese de improviso con que te apoderaste de mis labios y me deje besar. Quizá vuelva esa cita, con un poquillo de malicia, en que el cuerpo de Leonor por fin daría sabor de mujer a mis labios.

En este torbellino de sentimientos que atropellan mi ocaso, quiero dejar estampado este beso, simplemente al amor y a todos mis recuerdos.

© Monsieur James

ADRIANA, FELIZ CUMPLEAÑOS



NONAGENARIA

MADREA DE MIS CAPRICHOS

RECIBE MI AMOR

.....


NOVENTA Y SEIS

AÑOS Y UN ACONTECER

DULCE CUMPLEAÑOS


© Monsieur James

A LA VERA DEL CAMINO



A la Vera del camino
Todo mi estro se agita
Cuando tus ojos fijas en mí
Y es ese dulce carmesí
Con que mi alma acaricias
El botón de un viejo jardín
Perfume de tus delicias.

Mi mirada que persigue
Habitar tus pensamientos
Va soñando con tus gestos
Cuando mi boca se acerque
A tus labios de madera.

Consigue tu sonrisa
Despertar todos mis cuentos
Abrazado a mil contentos
Contarte del beso que siento
En tus labios primavera.

Surja un velero en el mar
¡Ah! y dormir sus movimientos
Entre tu piel y mis manos
Entre tus manos mi sal
Tú, en mis sentimientos.

Llegas a darme tu luz
A despertar la ilusión
Princesa de mil estrellas
De este viejo centurión
Esclavo de tus veredas.

Recite tu alma mis versos
Mis versos reciten tu alma
En mil tormentas la calma
Cuando a la vera del camino
Aceptes mi inútil beso.

© Monsieur James

A LA POETA



Amanda Del Río

Del bosque:
Almendras
En mis alforjas.

Del río:
Agüita clara
En mi cantimplora.

Y en la grupa de mi mula
La pluma de Doña Amanda.

Entonces

A lboradas incipientes
M uerden la cima de los cerros
A cullá la cordillera
N ascencia de helado rumor
D epurando vertientes ríos;
A mor, estoy sintiendo frío

D ispénsame un buen abrazo
E n tu sagrado regazo
L ibaré tu dulce miel

R oeré de tu suave piel
I dolatrando tu amor
O lvidaré que tuve frío.

© Monsieur James